lunes, 15 de enero de 2018

DISTANTE PALPE DE DOS


El amor bendito murió entre lastre fosco,
la miel de los labios se agrió en las bocas
quedando como hiel plagosa, ¡Rancia!,
pronto yació y se posó mordaz en el
desamor de dos almas infalibles.

Y tú eras ese gran señor, de ese ayer irresuelto,
y yo la bregada dama, que creí en tu amor,
más irónica se fugó la efusión y el color de cama,
rompiendo la extraña pasión que nos juntó,
agraviando la calma del corazón y el deseo,
el huidizo deseo que se durmió en ese hogar.

Ambos vivíamos bajo el bálsamo de la seducción,
esta afinidad resultó cedida a las penumbras,
hoy en fases de recuerdos perpetúa el desamor,
aun retumban en mis oídos los insultos
salidos de tu boca ausente.

Tal vez seguiré recordándote en mis noches negras,
¡No lo sé!, hoy no estoy junto a ti sintiéndome inferior,
un día abrigué fuerte la letal decisión de no verte,
ya ves sigo aquí repasando esos días irónicos,
tratando de borrar los ultrajes y, las heridas cerrar,
ahuyentando de mi mente ese palpe de los dos.

Ariam Diesel

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