Concibes el ahora…
Y respiras calmo,
hasta habitar en el mundo
del silencio.
Como si fuese simplemente,
un instante peregrino.
O el presagio
que anuncia una primavera diferente.
Sin embargo…
Al estar preñado de bálsamos,
absorbes con la barba, su relente colorida.
O con la piel,
que aprendió a desembarazar
los ayeres continuos.
Pues ahora…
Vuelas
con los pensamientos,
enhebrando
el deseo de parir
una nueva
vida.
Y en aires celestiales,
hasta que se arraiguen a tu ser.
Fabián Irusta -Argentina-
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