martes, 6 de diciembre de 2016

ME DETENGO EN LA PLAZA GARIBALDI


Me detengo en la plaza Garibaldi.
Los Mariachis ensayan sus acordes
inventando paisajes habitados por pájaros
mientras esperan cautos la nueva clientela:
alegres nacimientos, las dulce serenatas,
las bodas, funerales, la música más bella
a la luz de la luna. Luego sigo el camino
lentamente. Es un otoño triste y los trenes
van saliendo pausados de un México pacífico
penetrando en la lluvia, devorando distancias.
Poco después, el Tapatío férreo
va apresando la noche en busca de un destino
ávido y bullicioso, armónico y lejano.
Mejicanos dormidos, algunos habitantes
del hambre y del oscuro olvido
sueñan con los futuros de la rosa y la fama.
De madrugada arriba el tren a su destino,
a esa Guadalajara de fresas y puñales.

Manuel Quiroga Clérigo -España-
Publicado en la revista Oriflama 29

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