jueves, 25 de agosto de 2016

UN MALECÓN EN EL RECUERDO


Dedicado a mi ciudad natal: Guayaquil

La noche se resbala por la ciudad caldeada
que ruge intermitente, como felino en celo.
El río se distiende, edredón de luciérnagas,
bosteza sobre el puerto con su vaho salobre.

La calle, trepidando motores y bocinas,
me envuelve con su ritmo brutal de siderurgia.
Las sombras de la bruma emergen clandestinas.
Ya el calor no se pega como una miel espesa,

El malecón me lanza vapores de resaca.
La fuente de colores atrapa mis sentidos,
me susurra la historia de la vieja del bote,
al compás de un concierto de grillos y cigarras.

La turbiedad del río galopa en mi retina
y son fauces de lobo las olas que levanta.
El cielo ha terminado de apagar sus faroles.
Hilando los bostezos, volvemos a la casa.

El paseo termina y el fuego disminuye.
Se ha enancado la noche a lomo de la lluvia.
Suelto a volar mis pájaros, enjambre de quimeras
y el malecón se queda dormido sobre el agua.

Jenny Londoño López -Ecuador-
Publicado en La Biblioteca


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