domingo, 31 de julio de 2016

A MIGUEL HERNÁNDEZ


A la niña hace princesa,
adorna la cándida alma,
la roca de piel despierta
por caminos, vados y huertas
reparte su voz, su calma.

Hay un rayo que nunca cesa
guía de hombres y de infantes
peregrinos, caminantes;
de la mujer nacida presa.

Dicen que en su vida inquieta
quedo libre de silencios a la muerte del poeta.

GABRIEL GIL -Sevilla-
Publicado en Luz Cultural

No hay comentarios:

Publicar un comentario