El amor,
la vida,
la fuerza que hiere.
El gotear de la sangre,
la rabia,
la náusea.
Los eslabones perdidos,
el entrechocar de los vasos
de la resistente avidez.
No se apagan nunca,
los ojos crueles
del crepúsculo yerto.
La vida,
el amor,
la fuerza que hiere.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
sábado, 29 de junio de 2013
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