¡Sigue tu curso
sin retroceder;
río de mi vida,
sin nada tener!
Sigue tu ritmo
cantando con fe,
que los obstáculos;
tú podrás vencer.
Y darás vida
al hombre y al pez,
sangre al olmo,
álamo y ciprés.
¡No te detengas,
coge por doquier;
sobre el cauce
que lame tu sed!
El mar te será,
fin de tu correr;
¡y será grande,
lo mismo que él!
Tus gritos eternos,
se oirán tal vez;
rugiendo en las olas,
cada atardecer.
MANUEL HIDALGO IBÁÑEZ-Sanlúcar de Barrameda-
sábado, 17 de marzo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario