jueves, 24 de mayo de 2018

ALIENTO QUE MUERE VACÍO


Apresurada pasión se desborda, haciendo humedecerle los labios, y con ellos se enciende la chispa en sus ojos.
Destellan casi con furia; sólo incitando la mente.

Sosiego es lo que se figura; un buscarse y estar juntos.
La toma de posesión de su hoguera, que invita a sentirse cerca.

Ellos, los ojos, le gritan, que es aquel su gran locura. Que le devuelve la vida, con tan sólo posarse en sus sueños.

Un verdor amarillento, con pupila dilatada, anuncia pérdida del juicio. Vuelve felina, su mirada.

Quiere traspasar universos. Romper espacios y tiempo. Sostener su tanto miedo y atraerlo hasta su cuerpo.

Aliento que muere vacío; seca queda hasta su boca. Llamada implorante por ese, que es su eterno enloquecedor hambriento.

¿Dónde queda cuando acaba la noche? ¿A que da paso la luz, que despierta su pudor?
... Se mira viva, ardiente, flexible y tan tersa.

Luna dormida

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