domingo, 15 de abril de 2018

SOLO SER LIBRE SEGÚN DON GENARO


Si desea dar, porque en tu corazón aguardas con celo tu cuota de amor y amistad y quieres compartirla, hazlo, es algo noble tuyo. Pero ten cuidado, porque invariable es que recibas en cambio la hostilidad lastimera de la envidia, que tratara de oscurecer lo que hayas hecho luz. La tristeza hiriente de los celos, que trazan barreras a tu sinceridad. Los sentimientos adversos que no comprenden tu inocencia. Pero que ello no te confunda. El hombre debe hacerse con su rectitud, no como la circunstancia y lo demás lo vean. Juzga tú las acciones que emprendes. Acepta el consejo cuando este sea bueno. Pero cuídate de aquellos que creyéndose jueces te indiquen, porque confundirán y perturbaran a tu espíritu. No hay mejor juez que tu propio corazón. Vive sin recelo. Muchas son las cosas que se priva el hombre. No todos los que estiran las manos, hallan la justa recompensa de su esfuerzo. No siempre te sentirás animado. Pero lucha contra los que intentan desanimarte. No permitas hallen un instrumento en tu ser. La fuerza de la confianza es contrapartida de la confusión. Y aunque no claro tengas tus ideas, la serenidad y la reflexión por el camino llevara. Cuando las puertas se cierran, hay posibilidad de salir por la ventana. Pero cuando encierras el rencor y el odio, no hay escapatoria. No te apenes por sufrir, si mal crees ese es tu destino. No pienses por ello tu vida es un vació, solo rumbeaste al lado equivocado de tus pensamientos. No te consideres infeliz, porque -por tu seria creencia- lo serás en serio. No esperes el lecho de “algodón” te haga maduro. La comodidad del no hacer es el revés del ser por crecer. Cuando te encuentres solo camina entre los árboles, y si la sombra que te persigue es la tristeza o el desamparo, deséchala. Los ruidos del mundo agobian. Pero quien vive pendiente de ellos, su existencia se hace difícil. Contempla a tu alrededor y si logras hallar la armonía del universo como realidad dentro tuyo, sobre lo cotidiano del mundo, habrás encontrado un sentimientos quizás algo desconocido, pero que llevara a alcanzar tu PAZ interior. Las sombras serán lánguidos reflejos de otro tipo de luz que has descubierto como bien tuyo, por derecho de vida por igual te pertenecerá. Es cuando debes saber. Es canto debes hacer. Eso es todo.

Fragmentos de “Mis tardes con Don Genaro" de José Revello 

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