miércoles, 18 de abril de 2018

M


En tu voz
estaba
toda la experiencia
toda la vida vista
y probada,
la redondez otorgada
por todos los golpes.

Suavemente te movías.
Felino aun eras.
Felino y carnal
carnal y tierno
-sorprendentemente tierno-.

“Esta luz nunca se apagará”

No,
aunque:
aun nos queda baile,
aun nos quedan olas
-y miradas lánguidas
que desarman-.

Aun me tienes.
Aun te tengo.

Raúl Sánchez Alegría

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