domingo, 18 de marzo de 2018

SUSANA


Susana,
se más humana,
cada historias que me dices,
con ella te contradices.

Ahora me dices de una hermana,
que es romana,
si siempre te he visto en el mismo lugar,
para vivir, trabajar y gozar.

Nunca te vas de vacaciones,
aquí encuentras emociones,
pasándola tan ricamente,
como el resto de la gente.

Me dices que has de ir a Roma,
pues tu hermana ha caído en coma,
mostrándome certificados
de que por fin la has hallado,
pues sabías de su existencia,
pero no de su presencia.

Yo como jefe tuyo,
he de sentir el orgullo
de tener una trabajadora tenaz
a la vez que capaz,
pero estas historias o cuentos,
que pueden ser fruto de tu invento,
me huelen a excusa barata,
o el valor de una lata.

Te voy a dar un consejo de amigo,
pues quiero que creas que estoy contigo,
olvida farsas e historias,
que son producto de tu memoria.

Al ver mi negatividad,
hiciste una llamada,
conseguiste conectividad,
a un buen rato de ser marcada.

Al otro lado, alguien hablando italiano,
me comuniqué con él, pues era paisano,
tu aventura era real,
yo quedé fatal.

Fuiste a Roma,
encontraste tu hermana en coma,
y como te había ordenado,
te quedaste a su lado,
hasta verla despertar,
y un buen beso
te había de dar
pues el efecto fue inmediato,
se despertó, como aquel que dice, al rato,
como si notara tu presencia,
después de tantos años de ausencia.

JAUME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-

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