jueves, 29 de marzo de 2018

NUESTRA ETERNIDAD


Mi amor,
como explicar al mundo ciego y sordo el misterio del amor que se desborda entre mi alma y tu piel.
Porque, tus besos se desgranan cual la mazorca al llano,
cual centeno a la tierra,
como el viñedo a la vid.

Cómo acallar al eco que no sucumbe al silencio de nuestro embrujo de amor.

Porque, amor,
nuestras manos siembran lazos de eternidad en el
viento,
nuestros pies unen sus polos en senderos de locura,
nuestras almas se atavían con el eterno susurro,
de nuestra estela de auroras.

Porque al llegar la tarde,
seremos eterno arrebol,
seremos alas del tiempo.

Cómo derruir la distancia,
aunque es corta y difusa,
como niebla entre los surcos,
que desgranan nuestros besos.

Sonámbulos andaremos sobre los mojados mirtos,
sobre espumas y pistilos,
sobre la senda del alba,
sobre tu amor y mi vida.

No por años, amor mío,
la eternidad nos acecha,
con crepúsculos de fuego,
con nuestra inefable entrega,
y el misterioso destino que empapará nuestras pieles,
en las mieles de los cedros.

Hortencia Aguilar Herrera -México-

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