lunes, 19 de marzo de 2018

LA OSA Y LA MONTAÑA


Aquí sobre esta roca cómodamente sentada
y con mis cansados ojos repletos de naturaleza,
estoy haciendo la cuenta que tendré que subir
de nuevo a la montaña a buscar una acogedora
cueva para hibernar...

Voy sin mentirme y completamente resignada:
a pasar allí unas vacaciones obligadas..
ya que el creador no me dotó de todo lo necesario
para sobrevivir en medio de la nieve helada.

La montaña no es mi madre, pero sus cuevas
son como huevos vacíos donde recojo mis grasas
me sumerjo en un profundo sueño y me olvido de todo;
nuevamente seré entre osa y roca.

Otra vez contemplaré la falda del macizo
donde anida el águila imperial, la paloma torcaz
y el astuto zorzal, trota el cervatillo
bajo la mirada protectora de su querida mamá.

Hoy después de millones de años cuando la montaña
estaba viva, se encuentra fuera del tiempo
y no sabe cómo es nuestra vida ni cómo acaba;
sólo que se encuentra desprotegida en manos del pirómano.

Allí está, hermosa, inocente y sola entre la neblina,
y yo entro en su perfecta indiferencia y me ovillo
entregada a la idea de ser de otra sustancia;
he vuelto a ti, por enésima vez a fingir que resucito....!

RAFAEL CHACÓN MARTEL

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