sábado, 17 de marzo de 2018

HACEDORA DE LA PAZ.


Cómo decir, soy la reina de los mares,
princesa de las mil flores,
musa de grandes poetas,
ninfa de las tempestades.

Porque mi estirpe es real,
viajo por el horizonte como melifluo divino,
como princesa de fuego.

Porque soy senda de gloria, hacedora de la paz.

Porque doy vida a la vida,
porque amar es mi deseo,
porque cultivar yo quiero,
los surcos de la abundancia,
del amor y la igualdad.

Soy Mujer,
soy infinito deseo,
soy resplandor en la historia,
soy conciencia y libertad.

Soy deseo,
el deseo de una mujer, porque yo soy todas.

Las que silenciosas gritan y exigen la emancipación del hombre,
la paz entre las naciones,
la abundancia entre los niños del pernil del pastoreo,
del fauno luminiscente el reinado del amor.

El deseo de una mujer, mujer,
es sembrar un mundo vivo,
un mundo sin cerrazón,
un mundo de paridad en la balanza de la justa equidad.

De la equidad de los géneros.

Es sembrar la inefable epifanía en los hombres y mujeres,
aguardando el congruente desenlace,
de una fuerza universal,
forjadora de un mundo de hermandad entre los pueblos,
en épocas que liberen la conciencia del amor y la justa igualdad.

Hortencia Aguilar Herrera -México-

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