domingo, 18 de marzo de 2018

A LA TIERRA


Me habla la tierra de sus abrojos
con lágrimas en los ojos
ante el dolor que te provoca,
ver hambre en la tierra que te invoca.

Me hablan
sus manos yertas y no callan
y se aferran a mi alma indefensas,
cuando el hambre parte sus yemas.

Troncos secos quedan
a la orilla del camino y duran,
gimiendo su desdichada existencia,
mientras pocos hombres viven en la opulencia.

Un río se trunca
entre basurales y sin vida nunca
reirá ante el miedo; hay culpabilidad.
Escondida conciencia en disconformidad.

Huracanes dormidos
despiertan y arrasan tu libertad, asidos
a tu tierra, golpeando tu ego tu alma
prisioneros del destino y sin sentir calma.

Pero, ¿dónde estamos nosotros,
los hijos que habitan la tierra, sin rostros?
¿Estamos desflorándote con armamentos
que destrozan hasta el último lamento?
Oh, tierra, son ellos los poderosos ,
por ganar un puñado de oro y plata; roñosos,
no entienden que te dejan árida y con daños costosos.

Rosa Elizabeth Chacón León -Perú / Estados Unidos-

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