lunes, 29 de enero de 2018

MI CANTO DE AMOR A LA MUERTE


“La muerte se llama Emilio, 
Pedro, o Antonio se llama.” 
Rafael Pérez 

Un día nos acostamos.

Un día nos acostamos en la noche,
esa noche nos acostamos
con la Muerte, y al otro día,
sin saberlo,
no volvemos a levantarnos.

Llega la mañana y nos encuentran
en la cama y no lo sabemos.

Nos llaman por nuestro
Nombre y no respondemos.

Nos encuentran tiesos.

Duro el cuerpo no podemos
mover la mano, no podemos
levantar los brazos, no podemos
levantar ni un dedo, pesados,
no nos movemos, y no lo sabemos.

Y no lo sabemos.

Y dicen nuestro nombre,
Los que nos aman,
los que no llaman,
y no lo sabemos.

Y aunque nos llaman
no respondemos.

¿Para qué?

Si dormimos ya, para siempre,
si dormimos, sin remedio,
el sueño eterno.

Y nos lloran los que nos llaman,
las gentes que nos aman.
Y no lo sabemos.

Lloran, porque no volverán,
a vernos, despiertos,
nunca más.

Lloran por nuestros sueños,
lloran nuestra partida,
lloran por nuestros días,
lloran por todo lo que vivimos.

Lloran por todo lo que hicimos,
y lo que dejamos de hacer.

Lloran por todo,
lo que dejamos por todo
lo que perdemos, y no nos
lo podemos llevar,.

Al entrar
a las puertas del cielo o,
al entrar
a los portones del infierno.

Un día nos acostamos con la noche,
ese esa nos acostamos con la muerte,
en la cama a dormir, y sin saberlo,
no volvemos a levantarnos.

Rafael Pérez 

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