¡Oh Algarín, no me canso de andar por tus collados!
aunque me digan que me repito, que ya estoy un poco pesado...
pero me gusta patear tu cuerpo y tus colinas;
de sembrar poemas de tu tierra desgarrada
por mi pecho de poeta y trovador,
cantándole con mi pluma a tus aulagas y tus pardas encinas.
Palmo a palmo rebusco lo nuevo que haya podido obtener,
atravieso desde el Charcón a la cima
y no me pueden contener tus manos;
con paupérrima excusa de si hace calor o nieva.
Subo casi a golpes en tus principios honrados,
mientras el mundo se desangra en guerras fratricidas
entre budistas, islámicos y cristianos, tú sigues ahí
sentado con tu trascendencia de jurásico.
Yo soy el labriego de todas tus parcelas,
capitán de tus mamíferos, minero de tus minas,
leñador de tus árboles ya cansados y ocultos,
recolector de tus caracoles, tagarninas y espárragos.
Sacudo tus raíces rojas sin lluvia,
ataco a los expoliadores de tu dolmen del paleolítico,
muerdo con ansia las manzanas del huerto del Charcón,
con mis dientes hambrientos de rabia contenida.
Me saben a Andalucía y a España los mordiscos...
a patria, los abrazos a compañeras y compañeros;
esmeraldas de la sierra..chapolera de minaretes bellos...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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