martes, 30 de enero de 2018

EL ÁTICO DE LOS DESEOS.


¿Sabes?
En mi silencio te tengo atrapada en mis deseos,
beso incansable la sombra de tu ausencia,
el suspiro que presientes sobre tu cuello
no es más que las ganas intrusas
que quieren invadir la playa de tu piel.

¿Sabes?
No ignoro tu suspiro del que sufro no vivirlo,
es el castigo de jugar al olvido,
cuando el deseo es derribar las fronteras del frío
y atraparte entre mis brazos
en la condena de no soltarte
hasta que la noche sea día.

¿Sabes?
Es lo que no se puede lo que se quiere,
la infamia de la realidad que sedujo a la verdad,
la que inocente cayó en la trampa
despertando las ganas,
para encerrarlas en la cárcel
de la ingrata espera de la incertidumbre.

¿Sabes?
No estoy pero estás,
no te tengo pero te miro,
no te oigo pero te escucho,
no te acaricio la piel pero te beso el alma,
te veo lejana en ausencia cuando abro los ojos,
y tan cercana cuando los cierro.

¿Sabes?
Aunque no estemos juntos,
tampoco estamos separados,
vencimos los prejuicios de la distancia
y no existe ausencia cuando con insistencia
se piensa lo que no se vivió,
será el premio de lo que no fue
o el castigo por lo que pudo ser,
al final, no seremos desconocidos
que pasaron desapercibidos,
seremos dos conocidos del tiempo
que guardaron las ganas,
en el ático de sus deseos.

Luis Emilio Tigüilá Robles -Guatemala-

No hay comentarios:

Publicar un comentario