Que advertía mi entusiasmo
y temperabas el gris de tu partida,
que no me anule, que un gran amor
está por mi llenándose de rimas.
Y será hermosa, clara mañana, una piel
tersa que abrazará la ternura de mi alma,
que irá llenando de ilusiones mi mirada,
una esperanza que traerá presentes a mis
flagelos de nostalgia.
Que no se pudo cristalizar la madrugada
y que mis besos;
se lo merecen los algodones,
las hortalizas que en las colinas toman agua,
y otros labios que mis caricias los bañarán al alba.
Que te preocupa mi silencio
y que me hablas
con todas tus prendas
colgadas en tu alma.
Que comprendes que lo que fuimos superará a las barreras inquebrantables del mismo tiempo.
Debes saber,
que todas esas primaveras que hoy
deseas para mi yo ya las tengo
¡hazme tuyo! y anda
que yo te esperaré meciéndote en la elegía de mis versos.
Rafael Badia -República Dominicana-
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