martes, 16 de enero de 2018

ABRÍ LA PUERTA Y ME DEDIQUÉ A CUIDARTE


Eras como el agua: nadie ni nada se atrevía a detenerte
no te detenías ante las piedras ni ningún otro obsctáculo;
jugabas en los jardines retando al embravecido viento,
y llegabas a las margaritas o, al canto...

Igual que las niñas traviesas jugabas provocando la evidencia
saltabas setos y muros improvisados con la energía de una gacela
brincando descalza, tu alma era tu red, he vuelto a caer
me decías... y he visto al andaluz del sombrero.

Tú eras ese pie que tropieza siempre en la misma piedra
y procurabas enredarte con mi piel desnuda cada noche...
¿qué parte de mi cuerpo era la qué más te gustaba?
¿a qué hora puntual venías siempre que mis brazos
se abrían antes de verte?.

Besabas apasionada, pero con incógnitas,     
después me mirabas a los ojos con esa mirada interrogante
que sólo tú sabías lo que buscabas dentro de mí...
yo me encogía de hombros y me olvidaba.

Soñabas lo que soñó la poesía o el poeta
y en parte te daba miedo que se cumpliera un día
tus pensamientos entre tus piernas...
desde entonces ha llovido... tú casi ni te acuerdas.

Un día refunfuñando me dijiste que yo nunca te dí nada...
tal vez sea verdad..yo sólo te rodeé con mis brazos
y puse mi corazón de guarda para que nada te pasará;
-yo sólo abrí la puerta y me dedique a cuidarte-...   

RAFAEL CHACÓN MARTEL

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