miércoles, 6 de diciembre de 2017

UN PUNTO Y FINAL A NUESTRA HISTORIA


¿Cuántas veces querías situar un punto y final a nuestra historia?

Con exactitud no sabría decirte cuánto.

Te riño desde mi memoria.

Alego que fueron quizás muchos enfados, pleitos y reclamos, entre otras averías, enfatizo que fueron más de mil docenas.

¿Cuántas ocasiones me pediste que me fuera de tu vida?

Pocas, tal vez, porque cada pleito, cada reclamo y enojo, eran simples promociones al amor. Nos terciábamos con la espontaneidad del tiempo y nos importunamos deseándonos y amándonos locamente.

He aprendido algo nuevo, que ni los poetas, ni los correctores de estilos, ni siquiera la mejor academia de la lengua conocen, sabes, gracias a las múltiples ocasiones de nuestros pleitos, cuando tú has querido ponerle punto y final a nuestra historia, el amor, sí, nuestro amor ha faltado ortográficamente y ha superado el punto y final siempre.

En el amor no hay punto y final.
Hay momentos pasados, ubicuos y futuros.
Malqueridos y amados.

 Misael García Consuegra. 

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