martes, 19 de septiembre de 2017

VELERO DESIERTO


No sabía cómo llegó al barco. Estaba allí. Era un viejo velero con sus velas desplegadas al viento pero inmóvil. El ancla había sido sujetada al fondo. Anduvo la cubierta, de proa a popa, sin encontrar nadie. Tampoco estaba el timonel en el timón, ni el capitán ordenando las maniobras. Seguramente estarían todos en los camarotes descansando o en la cocina devorando el rancho. Pero tampoco en estos lugares estaban los marineros. El velero estaba desierto. Se acercó a estribor y no vio tierra. Igual ocurrió a babor, a popa y a proa. El barco estaba en medio del mar y sin tripulación. Ésta debió abandonar el velero en los botes porque no había ninguno a bordo. ¿A dónde fueron? ¿Por qué? Buscó el camarote del capitán y una vez en él lo registró. En un cajón encontró el cuaderno de bitácora y en la última página decía: Hoy abandonamos el velero, en los botes, sin rumbo fijo. En el último mes fallecieron seis tripulantes, entre ellos el médico de abordo. Nerviosa la tripulación ante las extrañas muertes, decidieron abandonar el barco. Me opuse pero no conseguí hacerles cambiar su decisión. Al final decidí marcharme con ellos y abandonar el velero. La soledad me aterraba. Así que el 20 de marzo de 2020 abandonamos el Luna Llena.
Así terminaba el cuaderno de bitácora. Según lo escrito era peligroso permanecer en el barco. Unos minutos más allí podía ser fatal. Sintió un fuerte escozor en la garganta.

JOSÉ LUIS RUBIO 

SOLO FUI UNA MÁS


He tratado de convencerme, todos los días, de que nunca nos hemos conocido; engañando a mi corazón, diciéndole que tú ya no existes, que ya no me haces falta, pero me duele el alma, porque entre más te recuerdo más te deseo y esto me hace sufrir.
No puedes imaginar qué difícil se me ha hecho el querer olvidarte, porque te quiero. Aún perduran en mi mente aquellos gratos y vagos momentos de todo lo sucedido, aquel último atardecer de abril que nunca olvidaré, ¡Dios cuanto te extraño! Aún haces vibrar mi corazón, no lo puedo negar.
El tiempo pasa e igual sigo echándote de menos, aunque no quiera admitirlo, ¡qué insólito es mi corazón! ¿por qué me haces tanto daño si sabes que él ya no está en mi vida? Me cansé de llorar, de rogarle a mi corazón que volvieras, y me diste la espalda fríamente, ¿por qué tristemente te aburriste de mí, yo no era lo suficiente para ti? Me da nostalgia saber que nunca me quisiste como yo ti, ya tus palabras estaban llenas de mentiras ponzoñosas, solo fui una más en tu huerto, por eso tuve que decidir; alejarme para siempre de ti, haciendo de lado mis sentimientos, aunque me doliera el alma, pero la verdad es que, eras tóxico para a mi corazón..

Rosy Posy -Honduras-

LA CUNA


Serena y vibrante la arrulló en su seno,
y la amó y resguardó cual fiel nana agreste,
vivió su calor, su sonrisa y su cielo,
balbuceos de la princesa celeste.
Cuna de maderas finas adulantes,
cual recinto dorado de una princesa,
y la oda buena de blondas ondulantes,
risueña vio crecer a principesa.
La cuna presiente sus grandes amores,
cual madre adivina los gestos de su hija,
y sufre la nana cruentos sus dolores,
suspiro de vida que salud cobija.

Hortencia Aguilar Herrera -México-

A JUAN ARIZA


A mi amigo admirado maestro Juan Ariza, con ese cariño especial que une corazones y amor por el arte.

Ole, maestro de maestros,
¡ole!
grande mi maestro,
la inspiración de mi verbo,
la soltura en los versos,
que, amaneciendo en la voz rajada,
fluyen como ríos mansos
hacia el alma, de quien te escucha,
porque eres voz de nuestra tierra,
alma de nuestras raíces,
eres el eco de nuestra Andalucía,
y para mí,
eres noche, eres luna y eres día,
porque sueño con la gloria
cuando resuenan
las campanas de tu garganta,
sueño con las lunas de mi alegría,
y siento, ¡ay! lo que siento,
es el sabor de nuestra tierra,
siento el azahar que entra
por los poros del alma
y encierra mi sangre
en borbotones de poesía y arte,
ese arte que te lleva de la mano
¡maestro! ...
y te pasea por todos los rincones
de la dulce melodía
que encarcela un sentimiento
de pura amistad,
entre rudas manos de finos brillantes
que se engarzan
en aros de alma y corazón,
¡maestro!
alma, vida y Andalucía,...
y Córdoba,
Córdoba en esa mirada
que me hiela la sangre
cuando suenan de nuevo
las campanas de tu garganta.
¡ole!... y ¡ole!
mi amigo, mi Juan Ariza,
mi Córdoba en el alma.

‎Angel L. Alonso‎ 

BOCA QUE CALLA VERDADES


Boca que calla verdades
Desahogando el sentimiento
Que reside en mi corazón
Soltando en tinta cada lágrima
De mi alma
Sobre borrones de papel mojado
Que nadie leerá
Historias de mi día a día
Sentimientos florando
Adornados con fantasía
Y así esconder entre letras
El dolor que persiste en mi piel
Camino por calles cálidas
Añorando lo que un día fue
Olvidando la existencia de mi ser
Donde aún persiste en mi mente
El cálido sonido de tus palabras
El roce del tacto de mi piel
Tocan tus labios con el roce
De tu pelo enredado en mis caricias
Aquellas que un día me hicieron soñar contigo
Aquellas que pensé que serían
Invencibles por toda una eternidad
Sin pensar que me ganaría tu odio
Sin pensar en las heridas abiertas
Que aún llevo clavadas en el alma
Alma pura y libre
Esperando que el viento se lleve
Todo el dolor de mi alma
Y de mis labios
el sabor de tu recuerdo
Para poder volver a sentir, vivir...
Poder olvidarme de ti

Maria De Los Angeles Ares Lago

SIN NUEVOS PASOS


Esta instancia vacía de recuerdos
no puede llenarse con historias extrañas
se suicida la memoria en agobios sangrantes
se extravía en el océano sin avistar faros de vida,
se impone la realidad a los sueños
sueños no paridos a una nueva existencia
se hace sombra sobre los brotes que al sol ansían
no florecen rosas entre rocas desperdigadas en la senda.
Sin anhelos aleteando avideces
sin ilusiones asidas al vuelo de un hecho
sin esperanzas caminando la carretera de la fe
se inmolan las aspiraciones de poder andar nuevos pasos.

Oscar A. Fernande Folguerá (Argentina)

ARROYO CLARO


-X-

Tan clara era
el agua de la ribera
que en ella se reflejaba
el mirto y la alondra.
Desnuda en transparencia
me bañaba en su fronda,
mientras el aire traía...
olor a gardenias.
Mi cuerpo, puro como el río
gozaba de mil esencias
y era junco,o lirio silvestre
besado por sus ondas lentas.
Confieso que me sentía:
íntegra y satisfecha
y misteriosa sonreía
a mi estado de inocencia.
Alguno de los lectores
me imaginará, sin vestimenta,
pero con mis letras os digo...
que fui, lo que soy, y vivo:
De la natura...
¡su esencia !

CLOTILDE ROMÁN 

SOMBRAS DEL VIENTO


Recojo las sombras del viento
en este desesperado intento
de olvidar tu partida...
vivir asi, no es vida...
¡cuanto te hecho de menos!
¡que largos se hacen los días!.

Recojo las sombras del viento
pero el hecho... es que estás lejos
y no me llegan los besos
que, al partir, me prometías...
ya no sangra la herida
¡cuanto te hecho de menos!
en esta espera que es mi agonía
y la sinrazón de tantos celos.

Recojo sombras, sin tiempo
aunque sea lo único que tengo
para entretener la espera...
y allá, donde no me veas
seguiré lamentando mis miedos
y desperdiciando esta tregua.

Ya no quedan sombras...
...ya no llega el viento...
ni en los aromas del silencio
que de tu boca conservo,
no me sobran esos recuerdos...
de los que embotan el cerebro,
pero el hecho...
...es, que te hecho de menos.

Luis Maria Saiz Laso

MI SECRETO…


Mi secreto es amarte cuando ya no estás tú
es amar esta vida cuando estoy solo en ti…
no correr mariposas y ya… pensar en ti
es cuidar de mis flores para que llegues tú
Mi secreto en silencio… adorarte otra vez
a mi pecho aceptarle el quererte sin más
convencer a mis ojos que sin ti no habrá luz
a mi alma sincera... olvidarte jamás
Se marchita mi vida no es secreto ya ves
al mirarte pasar tras de quien no amarás
me dijiste aquel día, bien lo recordarás
que sin mí no vivías, que no habrá otra vez
El secreto se inicia, allá en mi bella niñez
en la forma más pura e ingenua de ser.
Seguirá en mi camino y en dolida… vejez
estarás en mi mismo, como yo... sé querer

Vinicio Obando -Ecuador-

LE DISTE


Le diste
un
sentido
a mi vida
que yo
jamás imaginaba
Cuando tocaste
a mi puerta
y dijiste que aún me amabas

Jorge Luis Gomez Ramos

EN LA ARENA PUEDES TRAZAR MIL CAMINOS


Desierto
¿cuántas veces te debo cruzar
para encontrar el manantial que da vida?
ánimo y a proseguir
en la arena puedes trazar mil caminos
¿odisea?
¿es la vida una odisea?
¿una odisea divertida?
¿sufrida?
eso será lo que pondrás tú
ganas
afán
pretensión
empeño
hazlo con una sonrisa
o con un ceño
¡pero hazlo!
la ambición es buena
si persigues un ideal
positivo
¿y quien te dice que es así?
solo tu información
conocimiento
y tu razón
la que acumulas
en tu corazón
no te apresures ni intentes
hacer las cosas fuera de lugar
este es preciso
y el buen resultado aparece
cuando mides bien tus actos
sin ambición
ni codicia
ni avidez

Gonzalo Suárez

AÑORANZAS


Estás atento, ojo inquisidor que
ves todo, estás en la mitad del mar
de los deseos, todo lo notas, todo
lo sabes, tan bello eres...
Ese mar son las lágrimas que brotan
de las fieras tempestades pasadas
por tu alma y tu corazón envuelto del
amor, paz, felicidad, deseos...
¡Ay!, esa tormenta que se quiere
afianzar a ti sin darte respiro, lucha
mi amigo no te dejes vencer por el
dolor, tristeza, añoranzas pasadas...
Anda en tu presente, enfócate hacia
el futuro, siembra mi lindo, para
cosechar hermosos racimos de amor
que darás en tu andar por los caminos...
Ojo que ves, todo lo notas, deja entrar
el amor eres la ventana del alma, da
razón entonces, llega el día aclara y el
amor esta en tu ventana frente a ti...

Sonia Iris Pérez -Argentina-

AVENTURAS


Soy un trotamundos
Y me gusta ver el mundo
Admirar bellos paisajes
Sin necesidad de pasaje.
Me gustaría una compañera
Para compartirlo con ella
No hace falta que me quiera
Siendo de testigo, las estrellas.
Encontré a una en Gerona
Nacida en Barcelona
Y le gustaba fotografiar
Y un gran viaje montar.
Tiene un par de criaturas
Que son bellas hermosuras
Pero no me hace dar un paso atrás
Y comportarme como Barrabás
Es más, les daría atención
Y en cada viaje una lección
E irían aprendiendo
Mientras el mundo fuesen viendo.
Subidos en mi autocaravana
Hacemos lo que nos da la gana
Y empezamos a ver ciudades
Con todas sus bellezas y adversidades.
Poco a poco nos vamos enamorando
En el quinto país nos acabamos casando
Por los niños soy aceptado
Pues mi manera de ser, los ha cautivado.
Vamos camino de Polonia
Decido cambiar de colonia
Nos vestimos de forma elegante
Pues los invito a un restaurante
Y quiero que tengan una dulce velada
Yendo a dormir con alma cansada
Mientras mi esposa con toda sorpresa
Será el postre que comeré en la mesa
Creando ambos ese hermano
Que nos piden desde que
Dejamos el pueblo germano.
Empezamos a cruzar el continente asiático
Y el pequeño, nos salió asmático
Así que tenemos que parar en un hospital
Pues se puso muy mal
Suerte que obtuvimos un buen especialista
Que en su rama era un artista
Y nos dio una solución
Y una buena medicación
Que no tuvimos que volver a parar
Sino era para repostar o descansar.

JAUME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-

EL TIEMPO QUE ESTUVE SIN TI...


El tiempo que estuve sin ti fue un suplicio... has regresado a mí, la vida quita y luego me da; contigo, el beneficio... te extrañaba tanto. Te fuiste de mí y quedé llorando... solo entiendo que el amor es como la suavidad de las flores; armonía y paz... solo eso lo sé cuando a ti te da por amarme cada vez más... y ahora estás aquí de nuevo a mí; promete que nunca más te irás... así nos conocimos: así morimos, y aún después de la muerte, continuaremos amándonos cada vez, más...

Agustín H. Castañeda

PARA QUE JAMÁS TE SIENTAS DEFRAUDADO


Para que jamás te sientas defraudado, mira
siempre a los amigos de hoy, como los
enemigos del mañana, para que así
no descubran tus arcanos.

JUAN REYES MEDINA

LA POESÍA ES AMOR.


Al escribir los versos, de las poesías
es hablar, expresar tristezas y alegrías
la poesía, son todos los gritos del alma
son esas letras, que escribe mi pluma
La poesía, es un torrente de agua cristalina
es esa vid embriagadora, del alma, es esencia
la poesía, es la sed inagotable de existencia
la poesía, es la luz que entra entre la cortina
Son todos esos profundos sentimientos
que salen a gritar, por los cuatro vientos
del amor e ilusión, en la vida, vividos
La poesía,es como el paisaje de la primavera
es como el roció, que se forma en la aurora
la poesía, son sentimientos de amor y ternura

Mirna del Carmen Orellana Romero -Honduras-

FANTASMAS CÍCLICOS


Fantasmas cíclicos son mis recuerdos,
se me aparecen regulares rastros
para que yo me pierda tras los astros
de todos mis océanos izquierdos.

A veces no me dejan caminar
la inédita calenda del ahora.
Agujas punzan carnes donde mora
la contumaz urgencia de olvidar.

Insoportablemente soportables
son estos estallidos, estos cables
ambivalentes. Llegan a destiempo

para que yo me sienta omnipotente
o casi nada. ¡No soy más que un puente,
una patraña que fabrica el tiempo!

Jorge García de la Fe

APRENDIZAJE


Sí, enamorarte un día de él
fue una locura. ¡Gran, desfachatez!
Y entregarte un día a él
tú ahora lo ves que fue estupidez
si te dio él siempre penumbra y hiel…
Mas reparas hoy, ya con sensatez,
¡qué tu dignidad va en primer lugar!
¡Nunca permitir verla pisotear!

Adelina Corea

ALLÍ SEGUÍA EL CORAZÓN DE MI AMADA


Ayer bebí, quizás demasiado,
y mientras bebía fui desgranando mi vida
de aciertos y de fracasos;
confesé mis pecados de la niñez y lo que
conmigo abusaron: esos no eran míos, pero para que
el omnipotente pueda perdonarlos...

Mostré mis manos limpias y vacías,
que como casi nunca tienen nada, salvo el corazón
de mi amada...
Yo hace ya algún tiempo le arranqué el corazón
porque pensé que sería la única mujer
capaz de amar a un aprendiz de poeta loco como yo...

La besé en la frente y le ofrecí todo mi gran amor...
la coloqué en el centro de la fiesta
y fue la Reina indiscutible de ella;
y de mi humilde reino y yo fui su vasallo
en el centro de aquella hoguera azul.

Ayer bebí, y mientras me emborrachaba me olvidé de todo,
le di una patada al hombre y su sistema de formalismos;
caí despanzurrado en medio de mi cama
y miré por última vez en ese día al mundo
y sus complicaciones y abrí por último mis manos
que casi nunca tienen nada y allí seguía el corazón de mi amada...

RAFAEL CHACÓN

AL FINAL DE MIS AÑOS


Al final de mis años solo me queda el recuerdo de tu cabellera suelta, el aroma de tu piel, y el néctar dulce de tus labios, y la imagen de tu cuerpo desnudo pincelado en el corazón de la luna, fueron tantas las noches que sin permiso, penetro los barrotes de la ventana de nuestro cuarto, y te observo desnuda en la cama y como un pintor se tomo su tiempo para dibujarte, con los pinceles de la eternidad y los colores del arco iris, usando de palestra el cielo azul, con calma con ternura hasta dejar de ti la más perfecta figura, en las noches cuando mi mente cansada te olvida recurro a la luna llena para recordarte, la imagen oscura de la luna es tu cuerpo desnudo recostado en tu cama, hermosa luna que no a borrado el negativo de tu imagen, estarás ahí hasta el final de mis años, y cuando yo falte la humanidad seguirá viendo en el corazón de la luna la imagen de la mujer que él poeta amo, seras eterna como eterno fue mi amor, como eterna sera mi poesía!!!

Dedicado a mi esposa Lina G. Cruz. 
Albaro Ballesteros -Colombia-

ME GUSTAS

La imagen puede contener: flor y texto

HOY SE LEVANTA MIS LETRAS


Hoy se levanta mis letras
 con el sueño abandonado,
 se disuelve los versos
 en agua como
 el polvo de cacao.
 Negro martinete
 que enloquece
 sin sentido al fin,
 pero se confirma
 lo absurdo
 como lugarteniente
 del dibujo.
 Los búhos cierran ojos
 ante tanto oscuro e inocuo manto,
 salpicados los caminos
 de hendiduras que rompen tobillos,
 ya se encendió los ríos secos.

JOSÉ DEL CASTILLO DOMÍNGUEZ  -ESPAÑA-
Publicado en la revista Trinando 14

HOJA OLVIDADA


Esta es una simple página que no cumple los parámetros ni las reglas de la poesía. Subyace en lo absurdo, al punto tal, que no tiene forma. No posee lógica ni contradice los renglones. Tampoco atrae la atención del lector ya pues, carece de contenido lógico de manera que, ha sido recogida como caída de un árbol en pleno solsticio de otoño.
Como extraviada en un cajón perdido en lo más recóndito de mi alma...
...quizás nunca debió ver la luz...
tal vez, solo por mero masoquismo, quise, señor/señora, que sus líneas puedan ser vistas por ustedes
y que, desde su punto de vista crítico, saquen sus conclusiones. Favorables o no, eso quedará por su cuenta.
Lo único que les pido: es que sean crédulos hacia con quien las escribe y no se priven de sinceridad.
Gracias.

HOJA OLVIDADA
Ayer se murió mi perro al mismo tiempo en que la abuela agonizaba en un hospital especialista en muertes.
Ya hace casi dos años que mi vieja se fue pa’l cielo a recordar otras épocas con su tío Naldo, su padre Romilio y a volver a estrechar entre sus brazos a los hijos que no pudieron ser.
Mis hijas crecen a paso gigante y yo, lamento no poder estar allí como quisiera: —¡cosas de grandes!— les dije, lo que hoy pude aclarar con ellas. Igual saben cuánto las amo.
Mis hermanos, cada uno con su familia, viven en un mundo congelado de nuevas emociones, y no quiero entrometerme porque no es de mi incumbencia.
Hace unos días cumplí otro año más de vida, a pesar de todo, agradezco a Dios que así sea, por las oportunidades que se presentan.
Desde una semana atrás que estoy sin empleo, igual no es el fin del mundo.
Tengo en stand by un par de cosas para publicar, ya que estoy moroso con mis editores y me da la cara para decirlo.
Dejé de jugar en la liga porque mi equipo va para atrás.
Últimamente estoy yendo a la cancha a ver al defensa, aunque sé que, como en otras campañas no ascenderán, no por su hinchada, sino por falta de sponsors.
Mi padre se fue de vacaciones a Corrientes, a visitar a sus amigos entrañables y parientes. Él sabe que está en una cuenta regresiva de la que no hay marcha atrás.
Ignacio, mi hijo más pequeño, es superinteligente, estos chicos de ahora vienen con la tecnología bajo el brazo.
Recién me fumé un cannabis, solo.
En el pendrive tengo temas de Viejas Locas que me encantan.
Hace mucho que no voy a la casa de Matias Reck ni tampoco concurro a eventos ni a la flía; tendría que actualizarme de todo.
Con Renzo no tocamos desde el año pasado. Tengo muchas canciones que compuse, que tal vez a él le interesaría poner música con la banda.
Estuve con conocidos tomando unos drinks hasta que me aburrí y me rajé.
En el cumple de mi primo Leo hice un tributo a mi abuelo para el olvido.
Vengo escribiendo mucho de todo y para todos, pero esto es para mí.

Javier Antonio Galarza -Argentina-
Publicado en Suplemento de Realidades y ficciones 73

DOS PUNTOS


Siempre hay
alguien que mira cuando
la distancia es
tan sólo un punto de vista
que arquea otro punto
de fuga.
Cerrar los ojos,
dos puntos, mirar más allá
del plano
unir en ti los signos
equidistantes.

Del libro Desorden de SERGIO ARLANDIS -Valencia-
Publicado en Luz Cultural


REENCUENTROS


Mis fantasmas regresan
de tanto en tanto
a reclamarme atención
Celestino me muestra sus piernas flacas
con los ojos enrojecidos
de un Caronte de entrecasa
Abuela / más frágil que nunca
me espera despierta hasta la madrugada
Y Mamá
Mamá me pide que le abra la puerta
la de la cocina / que siempre fue el lugar
para que pueda entrar allí a quedarse
Aquella puerta destartalada
que ella apuntalaba con el escobillón
– quiere regresar porque no tuvo amor
y no descansa –
es la barrera entre dos mundos

Me pide crema Pond’s / se disfraza de tía
todo para que yo le abra la puerta
la reconozca y la abrace
Se fue volviendo vieja y gruñona
porque a ella nadie le daba amor
Nunca creí que lo necesitara
Ella se aferraba a los niños /- a la niñez –
para salvarse / No me di cuenta.
Por eso aparece en el patio del fondo
a pedir crema Pond’s / para conservarse
para estar cerca / para volver desde allá
otra vez / con nosotros
A lo mejor quiere reivindicarse
-¿se aprenderá allá lejos?-
no poner condiciones / y recibir lo que hay.

Silvia Prida Orihuela -Uruguay-
Publicado en Luz Cultural

INFLUENCIA DE LOS COLORES


Una anécdota cuenta que Charles Baudelaire (1821-1867), uno de los más grandes poetas de Francia y exponente, en grado superlativo, del simbolismo, visitó a su amigo alemán Richard Wagner en su casa de Suiza.

Wagner era también poeta, director de orquesta y compositor. Cuando abrió la puerta, Wagner portaba una bata negra. Después de intercambiar algunas palabras, se sentó frente a su piano y empezó a improvisar una música. Luego salió de la habitación y volvió con una bata azul. Otra vez improvisó una música totalmente diferente a la anterior. Al cabo de un rato, nuevamente salió y volvió, esta vez, con una bata verde. Se repitió esta escena varias veces y cuando terminó, Baudelaire empezó a conversar con el gran virtuoso de la música. Le hablaba de la influencia de los colores en las melodías y en la inspiración. Wagner le escuchaba con atención, y después de un momento contestó que simplemente se apasionaba demasiado cuando improvisaba. Este hecho le producía mucho sudor, y no tenía otra alternativa que cambiarse de bata…

Javier Claure Covarrubias
Publicado en la revista Arena y cal 251

LAS CASAS


La destrucción comienza en esas casas
que van dejando al aire sus ladrillos,
restos de papel floreado sobre la medianera
y escaleras que no llevarán ya a ninguna parte.
A veces los balcones permanecen como si se resistieran
a dejar los últimos rastros de vida de la casa,
como si pretendieran cubrir la decadencia de las puertas
arrumbadas sobre el desnivel de los baldíos,
donde la oxidación se ensaña con las viejas persianas.
Siempre hay una flor que brota como una sombra más entre las sombras
que aún recorren el olvido de las habitaciones derruídas.
Los impúdicos restos, los dibujos de hollín en las molduras,
un número de teléfono escondido en un retazo de papel
que burla la intemperie, subsisten todavía,
pero nada podrá salvar las casas.
Las balaustradas que perduran en compactos jarrones
acaso no lleguen a presentir la muerte
que anda rondando las enredaderas,
los últimos jazmines empujados hacia el sur,
las descascaradas flores de manpostería
que atestiguan las transformaciones como una manera del olvido.
Cada día estrujamos un nuevo fragmento del pasado;
una tarde los rostros de la antigua ciudad
habrán cambiado su voz,
y comenzarán a hundirse en el silencio de las fotografías.
Los muertos también se habrán llevado su recuerdo.

Horacio Salas -Argentina-
Publicado en Estación Quilmes

ANILLOS DE CENIZA


A Cristina Campo

Son mis voces cantando
para que no canten ellos,
los amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.

Hay, en la espera,
un rumor a lila rompiéndose.
Y hay, cuando viene el día,
una partición de sol en pequeños soles negros.
Y cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta,
para que no canten ellos,
los funestos, los dueños del silencio.

Del libro" LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES" de Alejandra Pizarnik -Argentina-
Publicado en Poesía del mondongo

XVIII


En la pausa del valle, el día, bajo la noche absoluta,
crece. Voraz destruye las bocas del silencio.
Lejano el mar responde. Un ciego sol preside.
El aire detenido ya no es aire. Es un cuerpo sobre otro.
Lanza el tiempo estos cuerpos al futuro. En los rostros
abre la muerte su flor. La vida es el fruto de esa flor.
La carne se nos vuelve fruto y flor.
El día está completando su verano.
La noche virgen, fluyendo, se acumula y goza.
Un eco sombrío y un sol exaltado la anuncian.
¡Qué hoguera espesa de transparencia lúcida
alimenta la noche! Arde la piel en esta hoguera y cae,
vistiéndonos de miedo: ¡La noche es nuestra!
La ciudad resuena en su profundidad.
Otra ciudad de silencio edifica ella.

José Ramón Sánchez -Cuba-
Publicado en el libro La Estrella de Cuba.
Publicado en Editorial Alebrijes

EL AURA


Es la memoria de las ausencias y alrededor el páramo.
La época: vestiduras del deseo, y escenas para esas ausencias, fantasmas en escenografías que se renuevan inexorables, como la declinación de la carne.
Fintas al vacío.
Decir es ser poseídos, pero también
un espejismo: ser otro muñeco
en el teatro de lo actual,
la impostura de las presencias
en un Ahora que es ácido.
La página en blanco es la intemperie:
y escribir es habitarse allí,
en el despliegue de lo ausente.
Un tajo en la nada, una llaga
que no sutura.
Poeta es quien se sabe tajo, y así se enuncia.
De ese tajo, la letra.
En la estepa el obstáculo es el vacío.
Carne que se adentra en si, que se duele
sin cielo, porque es cielo.
Queda un susurro, polvo de palabra
en el viento: ese sentido.
Correr el velo; saber es la busca
en el otro lado, y ser el otro
que adviene, como lobo, como ángel,
como máscara o desnudez.
También: morir velado. El cese
de la serie de las apariciones
es un evento sin Amo,
el único evento sin Amo.
Escribir es arrojar una ausencia al otro.
Donarle una grieta.
Lo demás, espectáculo.

JORGE ALEGRET
Publicado en Gaceta Virtual 126

LA CIUDAD IDEAL


La ciudad ideal de Leonardo tenía
dos alturas; por las calles superiores
pasear y conversar eran formas
de la contemplación; en las inferiores
retretes y establos, y los lugares del trabajo
físico también; era admirable el sistema
de evacuación de aguas residuales, y todo
parecía sostenido en la divina proporción. No sé ya
la circunstancia del sueño: estábamos
en una zona alta, aérea, en grupo, quizá
alguna ocasión de encuentro de poetas;
luego el espacio se parecía a un pasillo
y, al recorrerlo, se descubría su final, al modo
de aquella tierra plana, ptolemaica; no fue
el abismo de golpe, sino el olor insoportable,
el pasillo iba perforándose, como si se corroyera
o como en las imágenes de la ciudad
bombardeada; cada vez se hacía más difícil
encontrar un punto adonde no llegara
el olor a muerto.

Miguel Casado
Publicado en Periódico de poesía 100

CERTEZA


la tibieza resbaló de la palabra
y la palabra completó la frase que surgió desde el centro del silencio

lo quebró
lo envolvió entre los pliegues
lo deshizo
y lo trocó en simiente y en cascada

pudo por fin el cascarón vacío
recuperar contorno borde imagen
recuperar membrana sangre pulso
hubo celebración

ansia

secreto

y al final de la tarde

también

hubo certeza.

Del libro "Las fronteras posibles" de Graciela Bucci -Argentina-
Publicado en el blog elescribidor

PASIÓN


Y sin embargo, en medio de la amarga
mansedumbre del día que aguarda coronado
de rodillas el tránsito a la noche,
algo estalla en el aire —¿cuerpo o luz?—
flota y bate alas finas anhelando la sangre,
el bálsamo secreto de la espina.

Con la fija paciencia de los astros
se camufla en la frente del día
en la actitud de quien ama y espera
inconfesadamente el milagro.

Micaela Paredes -Chile-
Publicado en La Náusea

AL FINAL DEL PASILLO


Paseaba despacio, inhalaba el aire y disfrutaba con ese olor tan especial de finales de la primavera, que era una mezcla del aroma de los tilos de la avenida por la que transitaba, plantados recientemente, y del monóxido de carbono que despedían los tubos de escape de los coches que circulaban por la calzada. Hombre urbano, estaba acostumbrado a esa peculiar y contradictoria mezcla. Comenzaba a hacer calor, un preludio evidente de la inminente llegada de un estío que, en la ciudad interior y sureña, venía acompañado de temperaturas extremas.

Su mirada no se interesaba por lo que encontraba en su recorrido; personas que iban con prisa, y que se esquivaban sin que los ojos se cruzaran una sola vez; el perro que tiraba de la correa por el que iba sujeto, ansioso por acercarse a uno de los raquíticos árboles que bordeaban las aceras; el taxista huraño que gritaba a otro conductor que interrumpía con su vehículo un cruce de tráfico… El tiempo a su alrededor se había detenido. Luis, pensativo y ensimismado, se dejaba llevar hacia el hospital local por sus pies, convertidos en su mente. Había instalado un etéreo chip en su cabeza y su cuerpo lo transportaba mecánicamente entre los transeúntes inquietos y apresurados, le hacía cruzar los pasos cebras y los brillantes y parpadeantes semáforos. Atravesaba plazas y calles, giraba en las esquinas reconocidas, se detenía cuando los coches estaban demasiado cerca, y aceleraba para recobrar un tiempo irrecuperable, como bien dijo alguna vez Saramago.

Sí, iba en dirección al hospital para visitar a su abuela. Pero, estrictamente hablando, no era una visita al uso porque ¿cómo se podía describir así la contemplación de una enferma terminal? Se asemejaba más, pensaba Luis, a una peregrinación o un regreso a los orígenes. El eterno retorno. Se dejaba ir, transportado por esa extraña magia que conducía su cuerpo, sin que su voluntad consciente formara parte de aquello, ni quisiera hacerse responsable de su destino. También tenía mucho que ver una de sus costumbres adquiridas: jamás se sentía cómodo viajando en los autobuses o taxis, porque si detestaba algo más que conversar con los conductores era permanecer callado en el asiento de atrás mientras miraba pasar el paisaje grávido que corría con rapidez ante sus ojos. Y los autobuses le causaban claustrofobia. Manías, se decía para justificarse, pero a las que combatía –de las que huía, realmente- con sus largos paseos, que él comparaba con el discurrir de la mente. “Caminante no hay camino…”, Machado, con un toque del propio Luis. Un aforismo conocido que usaba puntualmente para convertirlo en propio.

Su abuela vivía sus últimos días, tal vez horas. “Vivir” quizá no fuera la palabra, pero así preferían entenderlo todos, aunque pensaba que debería crearse un término para esa etapa en la que sólo se subsiste mientras se aguarda, con paciencia y cierto derrotismo, la llegada de la muerte. Los médicos habían desahuciado a la anciana unos días antes delante de algunos familiares, él incluido. Recordaba las lágrimas de su padre, hijo único, cuando recibió la noticia casi de sopetón, y cómo se había girado y apartado hasta una esquina del pasillo en penumbras, para llorar en soledad. El mismo se había sentido perdido, vacío cuando entendió el alcance de la frase del médico. “Quizá horas”.

Ya no volvería a escucharla cantar junto a la estufa las tardes de invierno, o narrar esas historias de fantasmas, nacidas en los pueblos para llenarlos de un trasunto de historia, aunque fuesen imaginarias o cargadas de elementos fantásticos. Sus hermanos menores, sin embargo, no se sentían tan mal, quizá porque no la habían tratado mucho tiempo y no podían quererla con el mismo cariño que él. Por supuesto estaban tristes, pero era un sentimiento distinto, matizado. Él perdía con su muerte gran parte de la infancia; la más interesante, la más feliz. Una lágrima afloró a su joven rostro e, inmediatamente, se pasó una mano por los ojos con un gesto de rabia por haberse dejado llevar por el dolor en mitad de la calle.

Se culpó por pensar en su abuela como si ya hubiese muerto pero, en la práctica, sabía que era así. La vida era dura y no siempre morir físicamente es dejar de vivir. Podía intentar consolarse con ese resignado pensamiento, que no paliaba su dolor pero bajaba la intensidad del mismo.           Dobló una esquina y se encontró frente al hospital: era inmenso y triste, gris y repleto de ventanas por las que casi nunca asomaba un rostro. Triste como los cementerios porque, aunque allí se curaban muchos enfermos, también se moría. Y casi siempre se moría en soledad, aunque… ¿no morimos todos siempre en soledad?

Penetró en el edificio por una pequeña puerta de acceso, que casi pasaba desapercibida al estar situada en un lateral, sin visión directa desde la calle, y que sólo conocían los visitantes asiduos que iban a determinada zona del hospital. Él era uno de ellos. Notó claramente la diferencia que existía entre la entrada principal, por la que continuamente entraban y salían hombres y mujeres, en un continuo ajetreo que no cesaba hasta que cerraban la puerta, y esta otra, una antesala del purgatorio, apenas transitada. Atravesó los pasillos en penumbras, y pasó al lado de puertas entreabiertas. Se cruzó con médicos, enfermeros y personal sanitario, algún visitante que se quejaba de los servicios hospitalarios, un niño revoltoso e insensible que jugaba en mitad del pasillo sin hacer caso a sus padres, un enfermo que paseaba apoyado en dos muletas sin nadie a su lado para cuidarle… Bajó unas gastadas escaleras hasta el piso inferior –que podía haberse llamado con toda lógica sótano en cualquier otro sitio, aunque no era correcto hacerlo en este lugar- y volvió a recorrer más pasillos con puertas entornadas, aunque más tenebrosos, más silenciosos que los anteriores. Sólo, de vez en cuando, un lloro, una voz cargada de dolor que se perdía en la lejanía, o una puerta que se cerraba despacio a su espalda, empujada por alguien que, quizá, acababa de perder a un ser querido, le recordaban la presencia real y tangible de la muerte.

Mucho tiempo atrás, en el pueblo de su abuela, también había recorrido numerosos pasillos, y subido escaleras de peldaños altos y brillantes. Atravesaba corredores misteriosos en los que podía encontrarse extraños objetos en cualquier esquina, que parecía haber sido colocados allí para sorprender a su mente infantil. También descendió una vez a un inmenso y desierto sótano repleto de muebles inservibles y sillas rotas, donde la oscuridad más absoluta se extendía un poco más allá de la entrada, y en el que nunca se atrevió a inspeccionar en profundidad por miedo a esos espíritus de los que le hablaba su abuela. Pero ese lugar que recordaba de su infancia era, en su conjunto, muy distinto al hospital. Se trataba de la escuela del pueblo: un único pero enorme edificio de tres plantas y sótano que estaba situado en una colina que dominaba el pueblo, y que se encontraba apartado del casco urbano por una estrecha pero frondosa franja de vegetación y arboledas. En esa misma escuela estudiaba durante el curso lectivo y, en el verano, en plenas vacaciones, la recorría libremente, exultante de alegría porque se imaginaba las caras que pondrían el director y los adustos profesores -que por cualquier minucia castigaban al alumnado- si lo hubiesen visto romper con sus carreras y risotadas la solemnidad del lugar. Y era libre de hacerlo porque era el nieto de María, la supervisora de las mujeres de la limpieza, y la que organizaba, mandaba y dirigía todo lo relacionado con el mantenimiento del centro escolar. Ella le adoraba y le consentía casi cualquier cosa.

Luis observó con interés el lugar que recorría ahora: pasillos tan similares a los de antes pero que destilaban una áurea diferente. Tan parecidos a los de antes y también tan diferentes. Toda la vida era un pasillo que se recorría hasta el final, y en el que se vislumbraban multitud de puertas entornadas, unas pocas cerradas, y algunas abiertas completamente pero nunca visitadas, en la única y falsa convicción de que al final estará la mejor de las habitaciones.

Por fin llegó hasta la puerta de la sala donde se encontraba encamada su abuela. Estaba entreabierta. Ahora que pensaba en ello ¿por qué la mayoría de las puertas de aquella parte del hospital estaban así? Dedujo que los médicos y personal del hospital tenían que salir y entrar continuamente en las habitaciones para examinar a los enfermos, anotar su estado en el correspondiente parte, o confirmar la defunción y notificarla a los familiares si estos no estaban presentes en ese fatal instante. Casi no existía intimidad. Los parientes llegaban, consolaban –o lo intentaban al menos- al enfermo y, después, se marchaban con el mismo ceremonial y tristeza con los que habían llegado. La mayoría ni siquiera querían estar presentes en los últimos momentos del enfermo y preferían llegar y que todo hubiese acabado. Era triste, pero lo podía ver cada vez que visitaba el hospital. Nadie quiere enfrentarse a su futuro, y la muerte es siempre ese futuro. Era un número de lotería que siempre acababa tocando.

No sucedía igual en la pequeña tómbola del pueblo, a la que los domingos lo llevaba María, esa mujer viuda pero alegre y campechana. Allí empujaba con sus nerviosas manos aquella pequeña ruleta en miniatura, y trataba de conseguir alguno de los maravillosos regalos que el feriante exponía alrededor del aro circular. Casi nunca ganaba, por supuesto, pero siempre obtenía algún premio ya que su abuela no consentía que él regresase a casa sin un regalo entre sus manos.

“No deberías irte, abuela, al menos no de ésta manera”.

Era un susurro dirigido a sí mismo, una plegaria a un dios inexistente. Empujó la puerta y entró. Apenas penetraba la luz del sol por las ahumadas ventanas de la pequeña sala, en la que se hallaban dos camas, una vacía y la otra ocupada por su abuela. Se acercó hasta ella y la miró: dormía, y en sus cabellos canos se reflejaban esa luz que con tanto esfuerzo llegaba hasta allí abajo.

El pelo azabache, alborotado y fuerte, era lo primero que veía desde el balcón cuando María regresaba del mercado con las compras del día. Después era su vestido de luto negro, reluciente, eterno recuerdo de su marido muerto en la guerra. Y más tarde, su sonrisa, sus caricias, su mano cálida que tomaba la suya y lo llevaba así cogido hasta la cocina para enseñarle todo lo que había comprado; una hogaza de pan, grande y blanca como le gustaba, mantequilla, un litro de leche recién ordeñada, media docena de huevos, y un pequeño etcétera, para llegar, tras las pequeñas pausas estudiadas para sumirle en la impaciencia, al regalo sorpresa de un trozo de chocolate duro y espeso, o una torta de azúcar rellena de cabellos de ángel que él, con su ardor infantil, arrebataba de las manos de la mujer y devoraba con fruición. Eran tiempos de escasez y cualquier capricho, por nimio que pudiera parecer ahora -en sus tiempos mozos- era un tesoro que aprovechar y disfrutar hasta el final.

Allí, sobre la mesa, estaban los restos de la última comida que habían servido a la anciana; un filete de pollo poco hecho, unos trozos de verdura, un pedacito de pan, la sempiterna fruta… Todo sin tocar apenas, un poco mordisqueado para guardar las apariencias. ¿Para qué dar de comer a un cuerpo que había cumplido con creces todo lo que se le había exigido? La anciana, consciente de su situación, a pesar de la medicación que le inyectaban para calmar el dolor, asumía que eran sus últimos días.

La miró con detenimiento, como nunca lo había hecho con anterioridad. Aprovechó que estaba dormida para examinarla cuidadosamente. Quería memorizarla en su mente, para que quedase grabada en su cerebro para toda la vida. Así, superponiendo las dos imágenes de su abuela, pasado y presente, las diferencias realzarían a aquella mujer que había educado su infancia. Lo muerto, lo que decae, siempre hace que lo vivo se valore más, como la oscuridad hace con el resplandor tenue de una vela, a la que acrecienta hasta convertirla en un intenso fuego.

Estuvo un buen rato allí, de pie y en silencio. Se sentó después, y ojeó una revista de actualidad que alguien había abandonado encima de la cama vacía, pero sin prestar interés a su contenido. Oyó como ella lo llamaba. Fue apenas un susurro, llegado del dolor, del sueño que precede a la muerte: el grito callado de una despedida. Se giró y se encaró con la enferma. Ella sonreía como antaño, aunque una ligera mueca de dolor perturbó su rostro. Sus ojos grises brillaban felices al ver a su nieto junto a ella. Levanto un poco su brazo derecho y golpeó suavemente el lateral de la cama, invitándolo a sentarse allí, a su lado.

Las canciones tradicionales se cantaban al apagar el fuego del hogar las noches del invierno. Aquellas melodías que tarareaba María mientras él cerraba los ojos y se abrigaba con la cálida ropa de cama. Los cuentos que nunca terminaban y siempre eran distintos aunque se pareciesen tanto… Ella sentada en un lateral de la cama, meciéndole a pesar de sus cuatro, cinco, siete años… siempre igual, y siempre lo mismo de reconfortante.

Le cogió de la mano. Él la sintió tibia y temblorosa. Débil, lejana ya. Tuvo otro gesto de cariño y apretó con firmeza aquella mano que tanto había acariciado su piel, y que había pulido su alma. Se miraron a los ojos; los de él se reflejaron en los de ella y las dos edades congeniaron una vez más, se fundieron en un solo corazón. No hicieron nada más, sólo se miraron, sonrieron y recordaron sin hablar los felices tiempos que nunca volverían; paseos en los atardeceres, ferias de los domingos en el parque, tardes de otoño recogiendo la madera para la chimenea… Las risas, las tortitas de las mañanas, y el sol brillante en sus rostros.

Estuvieron así mucho tiempo, y dejaron que las horas transcurriesen mientras ellos pasaban a través del tiempo. Solos en aquella habitación, en el mundo, mientras fuera anochecía y en los pasillos apenas se escuchaba otra cosa que el lejano ruido de bisbiseo de desconocidos en las dependencias cercanas. Comenzaron a quedarse en penumbras y Luis se levantó para pulsar el interruptor de la luz. Sintió entonces un pálpito. No encendió la lamparita fluorescente sino que se acercó nuevamente a la cama y observó el rostro de su abuela: sonreía y su rostro era viva expresión de tranquilidad y de sabiduría, pero sus ojos estaban cerrados y su corazón, ése que también era el suyo, había dejado de latir. Volvió a sentir las lágrimas brotar pero esta vez las dejó correr. Se sentó en una silla junto a la cama, tomó la mano de María, su abuela, entre las suyas, y comenzó a canturrear una antigua canción tradicional del pueblo, como aquellas que muchas veces había oído cantar a esa mujer que acababa de morir, y que escuchó en un lugar lejano en el tiempo y el espacio. Y lo hizo sin soltar aquella mano, con el temor de que la noche se llevase sus almas al reino de los muertos y olvidados.

Francisco José Segovia Ramos -Granada-
Publicado en  periodicoirreverentes

DESPUÉS


No se veían desde hacía veinte años,
eran dos desconocidos.

Se miraron y supieron
que a cuestas con sus vidas,

seguían siendo los de siempre.
El saludó como si no entendiera,

ella también,
sabiendo que todo nada había cambiado.

Continuaron su camino
cada uno con su pasado a cuestas,

como si esperar fuera lo fácil
y lo bonito.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

domingo, 17 de septiembre de 2017

EL PERGAMINO


Limpiando el desván, en un viejo arcón, encontró un pergamino. Después de abrirlo, vio que estaba fechado en 1250 y firmado por Fray Bartolomé Ortega de Toledo. Aunque estaba escrito en castellano antiguo lo entendió todo. Era un texto de Aristóteles traducido del árabe. Ignoraba como llegó al desván pero un libro que halló, en el fondo del arcón, narraba su deambular por diferentes lugares.
Una vez terminada la traducción Fray Bartolomé la entregó al obispo Jaime. Aunque su destino era la biblioteca episcopal no llegó a ella porque alguien lo robó del despacho del obispo. Durante años pasó de mano en mano.
En 1640 al hacer el inventario en casa de un adinerado comerciante apareció el manuscrito. Los herederos lo vendieron a un librero que lo guardó entre sus obras más preciadas. Poco antes de su muerte lo cedió a un colega porque sabía que él lo valoraría y conservaría.
En 1860 en un periódico de Madrid apareció la siguiente noticia: En el incendio de la Librería Pegaso los bomberos salvaron un valioso pergamino del siglo XIII. Afortunadamente las llamas no alcanzaron la habitación donde el librero lo guardaba. Para reconstruir la librería tuvo que subastar el pergamino. Fue una puja interesante que alcanzó las diez mil pesetas. El comprador fue un filósofo asturiano estudioso de la obra de Aristóteles. Aunque tal vez el contenido del documento ya estuviese publicado en otros libros para él el valor residía en la antigüedad del mismo. Durante toda la noche estuvo leyendo el texto. Era realmente impresionante. Con el tiempo aquel documento alcanzaría un valor incalculable. La subasta había abierto muchos ojos. Ahora eran muchos los que conocían su existencia.
Dos años después la casa del filósofo asturiano ardió. Su gran biblioteca con importantes volúmenes sobre filosofía desaparecieron entre las llamas. Se creyó que el pergamino aristotélico corrió la misma suerte. El filósofo asturiano siempre pensó que el incendio fue provocado para ocultar el robo del pergamino…
Alguien había arrancado las últimas hojas de libro. Nunca sabría cómo llegó el pergamino al desván. Evidentemente no se quemó en el incendio del siglo XIX.

JOSÉ LUIS RUBIO 

SER ESE COLIBRÍ


cuando ese ser con vida se nos arrima a compartir
por algún motivo
nunca debemos dejar que se vaya de nuestro lado,
si lo vemos tal y como llego a compartir en su momento
lo mejor en su partida de nuestro lado es que ese ser con vida,
salga cargado de felicidad en todo su ser alma y cuerpo.

ese lograr pararnos cuando estemos en nuestro caminar
al destino de ser
es muy positivo mirar los pasos dejados atrás y del pasado,
cuantos seres mejores que ya han recorrido ese caminar diario
por donde hoy camino para buscar ese mejor destino necesitado.

dándome cuenta por la obligación de lo aprendido de otros
esos seres mayores
que para llegar a ser grande yo en alma y cuerpo,
primero tengo que aprender y poner en práctica el ser pequeño
siendo humilde tendría esa base de toda verdadera grandeza,
de ser humano no perfecto en alma y cuerpo.

ese no ser humilde por un mal ego lo demuestra pelando
esos dientes
cuando tiene que bostezar como lo hace el león en su habita,
es por eso que a los seres humildes en su átomo de vida
el supremo les premia.

por eso en el gran planeta tierra nuestra casa cuando hay fuego
muchos de los animales huyen para salvar su pellejo,
pero un insignificante colibrí para muchos sobre el planeta
recoge una y otra vez agua del río para echarla sobre el fuego quemador,
y uno de esos otros seres a su lado se pregunta y le pregunta
es que acaso crees que con ese pico tan pequeño,
vas a pagar el incendio.

y ese noble y humilde ser colibrí le responde con respeto
y estima
yo sé que no puedo solo,
pero estoy haciendo mi parte como poeta y reflexionista hoy día
entregándole a cada uno mis mejores letras nacidas del alma,
a este mi cuerpo para llegar a ser un mejor ciudadano
en este bello planeta
hoy día.

Alejandro Madriz Martínez

ROJO PASIÓN


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¡CON LA LUNA ENTRE SUS RAMAS!


Las aguas siguen pasando bajo el puente romano;
y no se acuerdan de heraclida ni si son
las mismas que pasaron antaño...
Siempre pasaron así, desde que el río es río...

Sin dejar de llevar historias en su caudal;
jamás escritas, jamás contadas...
el campesino que las ve pasar con una pizca de nostalgia,
pues él quisiera retenerlas en una enorme balsa...

Desde lo alto del puente un niño distraído
mira ensimismado el fragor de la corriente,
contemplando el transito del agua;
su mente imaginativa se pone a soñar...

El abuelo que lo acompaña
casi con la misma imaginación que el chaval...
piensa que quizás son las mismas aguas
en las que el se bañó en su lejana infancia...

Y en el espejo del agua se refleja un sauce dormido;
con la luna meciéndose entre sus ramas...
En la rivera del río donde crece la retama
esta cantando una alondra su canción de enamorada...

RAFAEL CHACÓN

EL MEJOR BESTSELLER


Es nuestra historia
Lo que retenemos en la memoria
Pero al principio
Lo que hemos vivido
Que lo inicien nuestros seres queridos
Pues somos incapaces
Ni de crear un enlace.

Padres, hermanos
Todos con sus manos
Escriban lo que ocurre
Y en lo que su mente discurre
Para cuando tengamos razón de ser
Lo podamos leer
Y seguir con nuestra vida
Hasta que quede consumida.

Sería la bibliografía
De una persona interesante
Y la radiografía
De un ser importante
Aunque no sea famoso
Pero si alguien dichoso
Por haber compartido
Con su Amor, lo vivido.

Es la narración
De alguien
Que con superación
Vive con alegría
El resto de sus días
Pues queda plasmado
En un libro redactado
Por todos sus seres queridos
Que en abrazos quedan fundidos.

Es por ello que en un libro
A la gente puedo conocer
Y con gusto no me libro
De tenerla que leer.

Jaume Alegre Lasterra -Barcelona-

HONDURAS, BENDITO SUELO DONDE HE NACIDO


¡Cómo no te voy a querer!, Patria mía
en este bendito suelo patrio, he nacido
de las frescas aguas, de tus ríos, he bebido.
aquí están mis raíces, de las que estoy orgullosa

En estas tierras he crecido, soy un trozo
de esta patria, siempre te llevo dentro mío
de tus montañas, viene el aire que respiro,
tú eres el aliento embriagado, de cada catracho

¡Cómo no te voy a querer! te quiero y te amo.
Patria mía, porque desde el vientre materno
¡Honduras! tu eres mi madre, tú me has parido
porque en tu bendito suelo, he nacido…

Mirna Del Carmen Orellana Romero -Honduras-

PERSEVERANCIA


Imagino tu rostro
En las aguas tormentosas
Del mar encrespado
Buscando salir de un laberinto de fantasmas
Que te quieren hundir,
Pero jamás podrán hacerlo
Gritas incansablemente que te quieres ir,
Pero la fuerza del destino
Se empeña despiadadamente en no dejarte salir
Sabes cuál es tu fin, aun así,
El sino de tus ojos no deja de brillar maravillosamente
Dejando al sol en la total penumbra
La vida solo te ha traído sufrimiento y llanto, aun así,
No dejas de pensar que mañana,
El día será maravillosamente excepcional

Abraham Méndez -México-

NO TE CONFORMES


No te conformes al ver que tus pasos de bien dejen huellas, pueda que los que te sigan, no las vean por mantener sus barbillas elevadas de envidia.
Procura que tu andar justiciero sea ruidoso, quizás consigas que el alboroto de tus pisadas, sature las cabezas de los indiferentes, y las inclinen para vaciar el peso de sus conciencias invidentes e insensibles de humildad.

ERNESTO ESCOBAR MOREIRA -ECUADOR-

ELLA HA MUERTO


¡Tras una llamada
me dicen que ella ha muerto!...
¿Cómo puede morir la noche
con su luna estrellada?
¿O morir el día
con su luz y armonía?

Como un trueno escucharon
mis oídos la noticia...
¡Ella ha muerto!
Y cual rayo que rompe en los cielos,
mis ojos fueron acuchillados.

Mis lágrimas cayeron como lluvia...
Y un nudo cerró mi garganta,
por aquella muerte inesperada.

Ella ha muerto, me decían.
Y el dolor agrietó mis huesos
y mi cuerpo se dobló como un hierro en la fragua,
por cada golpe de mis recuerdos.

Tras una llamada...
Su voz, su sonrisa, su temple de mujer,
su honestidad y esfuerzo.
¡Habían muerto!

La muerte te visita
cuando menos lo esperas,
como se triza una copa
en un solo instante.

Te besa y arrebata la vida
llevándola al descanso.
Oh muerte
¿Dónde está tu victoria?

Dhoffmann Daniel Bascuñan Hoffmann

POESÍA DORMDA


Llena de palabras silenciosas
Que encierran un alma sin sombra
En un cuerpo que sangra
En una piel que muere
Manos que se abren acariciando
El perfume de una rosa sin flor
El aire que quedó después del adiós
Despedidas que desgarran las heridas de un sonido sin voz
El murmullo de un silencio que grita
Palabras que aun sin alas
Intentan emprender el vuelo
hacia tu cuerpo
Esquivando las espinas clavadas
Marcada de por vida
en un pasado que no olvida
Se quiebra el verso cuando grita

Maria De Los Angeles Ares Lago

TE BUSCO


Te busco
y no te encuentro;
te seguiré esperando,
aunque se acabe
mi tiempo.

Juan Murillo Castillejo

¡DULCE CÁNTICO!


Admirar en las pupilas la pureza
los místicos aromas blanquecinos,
instintivos sensores dan belleza
dignifican al presentir llanos caminos.

Son miradas plagadas de mensajes
enarbolando el don de la amistad,
vibras fuertes al ver esos parajes
donde nace espontánea voluntad.

Palabras transportadas por el viento
sentimientos a lo interno palpitantes,
suelen ser evocados con aliento
como velas encendidas por instantes.

Dulces notas por cariño externadas
sentid aromas de flores perfumadas,
por las sendas coloridas adornadas
compatibles con blandas corazonadas.

Románticos manojos otorgan soporte
con pétalos matizados multicolores,
tierno entorno visado al ver este aporte
hacia el jardín iluminado en sus albores.

Fuerzas vivas contentivas de noble gesto
con presagio de un sol resplandeciente,
cálidas notas de sones en su contexto
incidirán por el clamor de amor naciente.

Ilusiones instintivas se expanden
por la fuerza del romance venidero,
al transitar por las estepas donde anden
vívido entorno transitable duradero.

Al salir en la portada de pasiones
palpita un corazón romántico,
expectante cuan partitura de canciones
alma vibrante al escuchar el dulce cántico.

José Rafael Orozco Torres -Costa Rica-

EL ROCE DE TUS BESOS EN MI PIEL


Bello mar de las Antillas
que mis playas acaricias,
haciendo de ellas delicias
cual gemas en gargantillas.
Cuba, con gallardía brillas
cual faro en el horizonte,
hoy, tus llanos y tu monte
gravitan en mi memoria,
disfruto tanto tu gloria
como el canto del sinsonte.

Siendo parte de procesos
de cubanía que renace,
yo lo vivo en cada fase
de paulatinos progresos.
Es el roce de tus besos
en mi piel, cálidas olas,
que con suavidad inmolas
a todo el que te visita,
pautando una nueva cita
la belleza que acrisolas.

Cuba, al mundo exhibe
su bondad hospitalaria,
hoy su fama solidaria
se extiende por el Caribe.
Con rebeldía revive
preceptos bolivarianos,
pues somos americanos
con las ideas de unidad,
el mundo es la comunidad
de los hombres como hermanos.

Roberto Batista Pargas

TE MARCHASTE...


Como estrella fugaz llegaste.
Y así mismo te marchaste.
El sueño ha terminado.
Hoy ya eres pasado.

Otro amor hallaste.
Y herido me dejaste.
Sin embargo el tiempo sigue
No se detiene.

La compasión de la soledad.
Me reconforta con su oscuridad.
Ahora vuelvo al olvido.
Prisionero de este amor cautivo.

Que se aferra en mi corazón.
Al amarte con pasión.
Porque profunda huella dejaste en mí.
Al no borrar esto que siento por ti.

Buscaré con tu olvido sobrevivir.
Y sólo así dejaré de sufrir.
Mi alma hallará el consuelo.
Cuando se borre en mi memoria tu recuerdo.

Y será en ese momento.
Que el destino termine con este sufrimiento.
Y nuevamente vuelva la felicidad a hallar.
Con la esperanza de volver a amar.

Hasta siempre...

Efraín Adrian Villalobos López -México-

CREANDO PESTES


Caminando por la selva de concreto
sembrada de edificios nauseabundos,
me encontré con florales de cemento,
—engreídos, altaneros, presumidos—
saturados de basura y de excremento,
obra maestra de hombres malnacidos.

Le robaron su entidad a la floresta,
transformando su habitad en abertales,
sin asumir que el aire se indigesta
con las dañinas vecindades verticales,
sembradas sin razón hasta en la cuesta
con paradójicas prosapias sin abriles.

Deambulando por la jungla de cristales
impregnado de ilusiones y de sombras,
me tropecé con muñecos anormales
atrapados en enjambres de viviendas,
construidas sin pensar que eran letales
para los mares y los cielos y las sendas.

Le arrancaron sus colores naturales
y usurparon sus materias inmanentes,
con plásticos, —nuevos sementales—
que copulan maliciosos e insolentes,
por encima de jardines y frutales
matando vidas... creando pestes.

Jerry Méndez -México-

REFLEXIONES MATINALES


En vuelo ligero el ave, alcanza mil objetivos,
ni piensa, ni estorba al otro, porque su rol es el mismo.
Y el que humano más parece, exento de la virtud,
se ríe del que se inclina, de quien busca su quietud.
En el cosmos mil estrellas titilan sin molestarse,
llega el sol y se retiran en humildad permanente;
cuando la luna se asoma entre el cielo más nocturno,
le toca al sol en su turno virar de rumbo valiente.
El árbol crece despacio, no tiene prisa y sus ramas,
un día serán la sombra de quien lo mira y se asombra.

Mientras tanto aquí en la tierra, la casa del rey humano,
donde todos de la mano andamos nuestro destino,
nos molesta ese vecino que no puede descansar
y que trasnocha al pensar en mil nuevos objetivos.
Hablamos más de la cuenta, sin saber lo que acontece,
en la mente y en la vida de quién tenemos delante.
Ninguno en la creación entre si se regodean,
cuando tormentos o penas tiene su amigo cercano,
es más, le tienden la mano para lograr la verdad,
sabiendo que la unidad, aún en diversidad,
hacen la fuerza absoluta para lograr la hermandad.

Mil años mantiene el roble en sus espaldas de bruma,
nada de lo visto abruma su crecimiento absoluto,
pasa estío, pasa invierno, carente de sensaciones
que no sean las nociones de conocer sus raíces.
El pájaro, sin hogar, libre de cargas emigra;
allá donde vuela y llega siempre es el mismo ser vivo.
No desea ser altivo, ni piensa en entorpecer,
al vagabundo y se aleja de quién pretende ser él.
Valiente camina el tiempo y constante fluye el agua.
No se detiene ante nada, pero arrasa cuando el hombre,
creyéndose Dios del mundo, trampas le pone iracundo
para su diestro progreso.
La flor crece noble y bella, más se muere si la tocas;
¿para adornar un jarrón?, ¿para complacer el alma
de una distante mujer?; no es necesario matar
la perfección de una rosa para demostrar amor...
El amor es otra cosa.

Carmen Azparren Caballero

CUÉNTAME NIÑO


 Cuenta lo que tus ojos
 miran con asombro,
 aquellos olores,
 sabores, y la belleza...
 Dime como era la felicidad
 en mi cabeza perdida.
 Cuéntame niño
 a que jugabas, porqué reías
 a quienes perseguías,
 y las ilusiones en las que vivías.
 Dime por qué sólo tengo
 agonías.
 Cuéntame...
 Dime...
 Ya es mi hora niño...

JOSÉ DEL CASTILLO DOMÍNGUEZ  -ESPAÑA-
Publicado en la revista Trinando 14

REFERENCIAS


Estoy en el consultorio de mi doctor, impaciente porque no veo la hora de rajarme de acá, esperando que me dé el visto bueno, si me voy a morir o si voy a seguir engrosando mis partes.
Sí, porque soy un gordito sobrepasado, de amor, quien no tiene a quién dárselo ya que, la mina que fue por contado tiempo mi pareja, me dejó por un flaquito simpático, carismático, un esqueleto caminando.
Soy uno de esos locos que tiene mucho por decir pero al que nadie quiere oír. Un gordo asqueroso al que lo excita el porno cual fuere que sea.
Uno con mucha pero muchas bolas, tantas que cada una de ellas pesa como kilo y medio, tanto semen acumulado me está inflando todo, es por eso que estoy gordo, va, mentira.
Soy un gooordo como me dicen los que susurran cuando tomo un bondi, camino al pacha. Un gordo intelectual al que le encanta sentarse frente a una PC con una coca de tres litros y varias bolsas de papas fritas, de chitos y en lo posible una muzzarella doble especial. Los que dicen llamarse “mis amigos” suelen soportar mis histeriqueos, mis días a pleno o de mal humor.
Alguno que otro tiene el coraje para decirme lo que piensa de mi persona, pero yo, como todo gordo necio, hago caso omiso a lo que me dicen.
Sé que me estoy haciendo mal, pero qué va ¿de algo hay que morir no? No niego que me cuesta respirar un poco, caminar, coger, asearme, etc. Pero cuando me paro frente al espejo... Je, je. Me veo hermoso, me siento Brad Pitt, sin darme cuenta que en realidad soy un pobre gordo Porcel que no ve más allá de sus ingenuidades.
Sí, soy un ingenuo, que no oye lo que le dicen sus padres. Un boludo que se las cree todas sin percatarme que no sé nada de nada y hasta no pegarme el susto no voy a parar. Dalo por hecho.
Mis referencias ustedes las conocen: trabajo en televisión, tengo un par de libros editados, soy medio ciruja, medio si me miran con un ojo, en fin... Tengo un currículum extenso el cual puedo presentarte. Igual a vos te va a importar un carajo lo que fui, soy y seré como persona.
Soy un gordito cero grasas trans... ¿qué es eso?... Si tengo más colesterol que una fuente de chicharrones... —¡Mm, chicharrones!—. Estoy como Homero y hasta un poquito más gordo. Soy el típico gordo perezoso al que le da lo mismo morir de sobredosis, sobrepeso, sobresaltos y al que sobre todas las cosas, da una prioridad inútil a la comida en exceso.
Pero así soy y no intenten cambiarme en lo más mínimo pues, además de ser un gordito cariñoso también puedo ser... ¡un rebelde y quilombero! No busques mi reacción.
En síntesis y culminando con éstas líneas que, a estas alturas ya son como el confesionario de lo que me dicta mi puta conciencia, te reto a vos, a que me digas en la cara y con total sinceridad lo que pensás de mí. Acepto las críticas constructivas y las puteadas, por favor, remítanse a mi correo electrónico.

Javier Antonio Galarza -Argentina-
Publicado en Suplemento de Realidades y ficciones 73

ELLA ES AUDAZ...


Ella es audaz hasta decir basta.
Desde el enorme ventanal de su piso
en un edificio de gran categoría
observa la desmesura de la ciudad
como colgada del aire.
A veces se desviste y comprime
sus gloriosas tetas contra el vidrio
y es una escultura viva
            un documento
            una crítica del vacío.
Su lugar frente a la ventana la coloca
en el sitio de la meditación.
Sólo la calma la despierta
                       la encuentra
desnuda frente al mundo.

Del libro “Mujeres” de EDUARDO MILEO -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti

MANUAL DE INSTRUCCIONES PARA ULISES, DESDE EL OTRO LADO


A Francisco Javier Díez de Revenga

Que cada voz que suene ahora sea una promesa.
Que la luz no te ofenda
y tras ella no te quede ya nada.
Que en ti el grito de la calle aún retumbe,
y no te quemen
las naves por si decides quedarte
y construir tú mismo, de nuevo,
Ítaca entre rescoldos.
Haz tierra propia
del vacío si te vence:
las islas no se dejan llevar por la deriva
aunque te sientas náufrago sobre ellas.
Que no te humille la memoria
o que toda palabra
que conserves esté escrita en números romanos.
Cuéntalas una a una hasta agotarlas,
hasta secarlas
de tu saliva.
Sé nadie entre corderos, sé cortante
silencio en el desorden
de ese no irse del todo nunca.
Sé la noche para el remordimiento.
Habita el deseo solo hasta que encuentres
tus llaves de madera,
y no regreses:
dirán que fuiste afortunado
en tu viaje, que tienes más cenizas que un gato,
pues siete vidas fueron pocas para morir
sin excusas. Encuentra una ventana
cada día sobre la que te vayas
haciendo viejo:
mira la tierra, acaricia tu perro
cuando se acerque a olerte los tobillos.
Sólo él hará de ti su única patria.

Del libro DE DESORDEN de SERGIO ARLANDIS -Valencia-
Publicado en Luz Cultural

DE LA CORDURA


Una vez mi hermana estuvo loca
asustaba a la gente

Los locos asustan a los cuerdos
los cuerdos dan cuerda y te vuelven loco

Si estás loco
se ponen de acuerdo y te encierran
Tapizan las paredes / para no oírte

Si persistís en tu locura / te atan
A veces los locos / de puro tristes
se cuelgan

Mi hermana volvió al mundo de los cuerdos
Se levanta temprano / se lava la cara
Cuando sale a la calle / saluda a todo el mundo
con – cuerda.

SILVIA PRIDA ORIHUELA -Uruguay-
Publicado en Luz Cultural

DESDE EL NACIMIENTO


un día
salimos a rondar
los días
de la supervivencia,
y las rutinas
comenzaron a acecharnos
con sus cuantosoles
y pájaros.
Desde aquel punto inerte
que dejamos,
nos supimos criaturas
divagamundas
extrañas
con voces desnudas
y perplejas
de sueños e ideas.
Éramos
tan solos
esencia surgida
de la Nada.
Entonces
nos dimos cuenta
que todo nos pertenecía.
y nos hartamos
hasta el cansancio
de la poesía eventual
que la Vida
nos ofrecía.
Y dejamos
de sabernos silencio,
y redimimos
de una vez por todas
el grito oculto
cruxificado
por escasos siglos
en el trasfondo maternal
del Tiempo

…ya
sobre la faz de la Tierra
volvimos a crecer,
y a creer
que éramos
poetas

Del libro "Los Naufragantes del Silencio" de Osvaldo Risso Perondi -Argentina-
Publicado en deliteraturayalgomas

LOS TRES GATOS


Para mi gato Blue Morrison Sibelius Von Menzel
Por su no cumpleaños.

El poeta trata de imitar a la mosca,
Pero el gato
Quiere ser solo gato.
Oda al gato
Pablo Neruda


El ama de llaves recibió al médico. Mientras caminaba, entre sus pies se enroscaba elegante un gato blanco y negro de ojos verdes, máscara simétrica y mitones, como si llevara un esmoquin.

La asistenta lo condujo a un saloncito, donde le sirvió un té en lo tanto su paciente se arreglaba para recibirlo.

Atraído por la seda de los cojines, un gato azul saltó a acomodarse a su lado y fijó en él sus enormes ojos cobrizos… Siempre le habían gustado los felinos, quedó atrapado por su encanto. o a la anciana enferma se hallaba un gato amarillo con ojos dorados, haciendo derroche de languidez. Tuvo que reconocer que este era el más lindo, su pelaje relucía al golpe de luz que se colaba por la ventana entreabierta.

- Son bellos sus gatos, aunque creo que prefiero este, es como de oro puro -le dijo mientras calentaba el estetoscopio entre sus manos.

"¿Mis gatos? ¡Tengo solo una gata, mi querida Missy! Se llama así por la zona de donde vino mi familia. ¿Cuántos gaticos ha visto? -preguntó ella, acariciando la barbilla de la gata, que ronroneaba suavemente.

El médico sintió pena de haber delatado a la doméstica, la postración de la señora podía haberle ayudado a ocultar los frutos de algún pecadillo de la gata, o algún minino de su propiedad. Pero no le quedaba más remedio que responderle:

- Además de esta belleza rubia, he visto uno blanco y negro, muy elegante y uno azul con los ojos como monedas de cobre -le dijo.

Ella lo miró mientras él comprobaba sus débiles constantes vitales. Pese a su estado, la anciana sonrió.

- ¡Ay, esta Missy… lo que es capaz de hacer por llamar la atención! ¿No se ha dado cuenta de que es ella misma, cambiando de color?

- Así es, señora, Missy es muy coqueta, pero si se lo explicaba al doctor, no me iba a creer -dijo la casera entrando para escoltarlo hasta la puerta.

El médico no volvió a visitar la casa, la anciana falleció a los pocos días y la casa fue cerrada, en espera de unos herederos que jamás llegaron. La asistenta regresó a su provincia antes de que pudiera interrogarla. Cuando el azar lo hace cruzar por delante de la verja, no puede evitar una mirada a su interior, por si entre la maraña de enredaderas que se va apropiando de las ventanas, las columnas y el jardín, logra entrever un par de ojos verdes, cobrizos o dorados.

El enigma de los tres gatos lo acompañará el resto de su vida. Nunca supo si fue víctima de una broma de ambas mujeres, si el ama de llaves había hecho creer tal cosa a su patrona para poder alimentar tres gatos sin tener que dar explicaciones o si realmente Missy, en un arrebato de presunción, hizo ostentación de la magia que –como todos sabemos- poseen los gatos.

Marié Rojas Tamayo
Publicado en la revista Arena y cal 251

LOS AMANTES


I

Uno puede verlos quererse alegremente,
la sonrisa en los ojos, la piel muy junta,
mirando caer la tarde como si fuese última,
diciéndose palabras que uno imagina iguales, reiteradas,
y que seguramente en sus oídos sonarán inéditas.
Pero un día advierten que la tarde no les pertenece,
y como si interpretaran un rol bien aprendido,
casi sin despedirse,
comprenden que el silencio es la mejor especie del adiós.
A partir de ese instante los recuerdos atraparán sus manos
cuando las calles establezcan una enorme distancia
que el tiempo se encargará de corroer,
como un castillo de arena abandonado.

II

Lo difícil no es tanto pronunciar las palabras finales,
o mirarse por última vez en otros ojos,
sino la dura obligación que empieza luego
cuando se inicia el largo aprendizaje del silencio,
el hábito de percibir la voz querida desdibujándose en el aire.
Entonces, cuando sabemos lo absurdo de comenzar el día,
de evocar los fantasmas y estar solos,
despiadadamente invocamos al olvido
pretendiendo que abarque todos nuestros actos.

Rara vez lo logramos.

Horacio Salas -Argentina-
Publicado en Estación Quilmes

SENTIDO DE SU AUSENCIA


si yo me atrevo
a mirar y a decir
es por su sombra
unida tan suave
a mi nombre
allá lejos
en la lluvia
en mi memoria
por su rostro
que ardiendo en mi poema
dispersa hermosamente
un perfume
a amado rostro desaparecido

Del libro " LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES" de Alejandra Pizarnik -Argentina-
Publicado en Poesía del mondongo

CUBIERTO EL LOBO


El lobo: Cordel veloz que por mi odio pasa,
me admite. Estoy asistido por la baba que gasta.
Me supone el vestigio que lleva soportado.
Yo, colmillada fiel y regustada en fuego tenaz.
Fuego que seduce y recibe los rojizos copos de bronce.
Del lobo, la pelambre miente cañaveral de liebres.
Mastico personajes que me iniciaron y habitan.
Entiendo sólo a éste. Su trabazón y el banquete.
Ronquido voraz como un idiota tenido en el sabor
que el gusto concede.
Hablado el sol deshace su éxito. Artesanal voz
y redonda. Obispado que interpretan los vivientes
mientras la punta de pelo gris se repite en formas
de agotarme para sentirse avergonzado. Yo fui
avergonzado. Para imitarme, desnuda lengua del valle,
barriendo este animal en juego que recita la luz
(marino en años) de un puerto que interroga.
Pero al otro estío vacilaba, más allá de la cabeza
guardiana, su peso comprendido. Y el lobo, que no me piensa,
alerta de músculo colmillado. Y en el gruñido,
fuertes las patas tiesas: Todos así.
¿Diré que el lobo es un ácido corruptor y combativo?
El miedo con la garganta hundida.
Su harto estómago asimilable. Letanía del cuerpo
que me acompaña en resistencia, puesto a no morir
mientras me alcanza llevar el rastro con párpados cerrados,
la trompa herida.
Las hojas tenaces del lobo son yemas cultivadas
en el bastón tuberoso. Su fiebre asoma confundida
con el hombre de rodillas servidas en caer,
y maniatadas para su aliento que es odio tímido,
no abierto, errante por sudorosos cuartos
traseros y golpeados.
De veras el hambre da su acento en el lobo.
Y en la guarida al patio nuestro, de veras basta
despojarse por el otoño y re-crearse, ser rebasado.
En cántico por el sonido oscuro
extrañamente anuda los azules juguetes de la tarde.
Luego sentado se incorpora al perro y lo seduce
con las rojizas gotas de su lengua, por el cuero lamidas,
y más adentro engorda, maduro por el tronco.
Quizá perfecto bajo la sombra que entrega.

José Ramón Sánchez -Cuba-
Publicado en el libro La Estrella de Cuba
Publicado en Editorial Alebrijes

YO NO ESTOY HACIENDO POLÍTICA


usted es político Su forma de andar y sentarse es política Su forma de ver y desde donde mira es política Sus deseos y sus gustos/ sus ascos y dis-gustos es política
usted es político Su vestimenta y su desnudez es política Su alimentación y su dieta/ su orden y su basura es política
usted es político En su lengua y en sus oídos En lo que toca y lo toca En lo que deja de tocar y en lo que nunca le toca
usted es político En escena o como espectador En su actuación y en su aplauso es politíco
del lado en que dormís en lo oscuro Y del lado en que te levantás cuando no hay sol
es político

MARITZA KUSANOVIC -Argentina-
Publicado en Gaceta Virtual 126

REFULGENTE OLEAJE


Nacarada luz
golpeas la intimidad
perforas la soledad.

Se arrastran luminosos rayos
en los pisos de piedra
canto lunar.

Inhalo el opalescente aroma
y descubro las manos
que fijan las letras.

Las sílabas intersectan
con los recuerdos
refulgente oleaje.

En el horizonte
la rutina invade
las páginas.

Las cadenas se abren.
Una lluvia de tinta
inunda el papel.

Del libro Sin preámbulo de Xánath Caraza
Publicado en Periódico de poesía 100

CATAR


Un niño piensa que el hombre que está tras la cámara
se está escondiendo y responde tapándose con las manos, espera
y mira entre sus dedos.
Luego, cuando el hombre se va,
anilla sus dedos como un diafragma de luz.
Un catalejo dactilar con la memoria fértil
fue su primera cámara.

Daniel Calmels -Argentina-
Publicado en el blog elescribidor

EN MIS MANOS


I

A veces, cuando olvido estas dos manos
y en paréntesis del día
 —tiempo hendido—
vuelvo a ellas, por azar,
y las miro,
las descubro tejiendo en el silencio
signos claros, transparentes
con un hilo
diferente al del tiempo, diferente
a la lúgubre luz que me limita
y sostiene el contorno de mi rostro.

Otra luz más liviana las envuelve;
las ocupa, se hace cuerpo en ellas,
brota.

¿Quién trabaja, aquí, en mis manos,
me suplanta y desovilla?
Lo que fue zurciendo el día
lo deshacen estas manos
que me miran y despojan
y rezuman una herida.

II

Como si por vez primera:
desnudos, limpios, vacíos,
los ojos abiertos, mudos,
al tacto del aire heridos.
Acuden mis palmas, velan
el mundo recién nacido.
Descanso en ellas y el rostro
se desmorona hecho río.

Micaela Paredes -Chile-
Publicado en La Náusea

LA SPACE OPERA HISPANA


            La Space Opera tiene sus antecedentes más importantes en la literatura anglosajona del primer tercio del siglo XX. Sus influencias en la literatura de ciencia ficción posterior han sido importantísimas. El número de Calabazas en el Trastero, de Saco de Huesos Ediciones, reúne a autores y autoras hispanos que escriben historias centradas en este género.

            Erica Gómez Gris escribe un conciso prólogo donde nos habla de la Space Opera y sus diferentes vertientes. En Amanecer Galáctico, Víctor Villanueva Garrido trata el reconocido tema de la odisea de la especie humana en busca de otros mundos, con claras reminiscencias de películas como Galáctica. En La ofrenda, José Luis Alonso nos narra un viaje comercial a un enclave apartado de las rutas comerciales, donde la tripulación de la nave se encontrará con un peligro imprevisto.

            Salomé Guadalupe Ingelmo, recrea en La octava pasajera, una magnífica y bien construida historia que nos trae reminiscencias de obras de Heinlein, o de películas como Vampiros del Espacio. Zona de silencio, de Ramón Antonio Suárez Moreno es la historia de un encuentro entre especies diferentes, en la que el ser humano es la víctima propiciatoria ante una amenaza inusitada. En Alcatraz 2057, Miguel Chamizo juega al despiste con el lector en una historia amena y palpitante, con un final cuanto menos sorprendente y ominoso.

            Ana Nieto Morillo, en Un siglo de polvo, trata la religión y un exorcismo muy particular en un futuro muy lejano, con historias que se entretejen a través de los siglos. En Letal dinámica de comportamiento, su autor, Javier Fernández Bilbao, nos traslada a un planeta con unas faunas y floras bastante agresivas, y a una base humana en la que se generará un desastre del que solo se puede sobrevivir con un brutal instinto de supervivencia. Legado, de Juan Miguel G. S. Sánchez, es otra historia de encuentros entre civilizaciones diferentes, en donde las máquinas tienen mucho que decir, con claros referentes en la saga cinematográfica Terminator, o la menos conocida Saturno-3.

            El último vuelo de la Ícaro, de Juan Ángel Laguna Edroso, se aleja del tópico del género y nos sumerge en la realidad del día a día, con un niño soñador y un padre demolido por la derrota que lucharán juntos contra la realidad. En El trabajo de Elsa Ward, Jesús Ayuso Fernández nos presenta a una tripulación que será objeto de un brutal ataque en el que irán muriendo, para encontrarnos con un sorprendente responsable.

            Otro contacto entre civilizaciones se nos presenta en Nunca regresaré a Tebas, de María Tordera, donde la empatía entre especies muy diferentes cambiará a los protagonistas de esta bella historia. Planeta Arquetipo, de Pablo Loperena, nos narra otro viaje espacial en el que la tripulación investiga especies de otro planeta, sin ser conscientes de las consecuencias de tal contacto, salvo uno de ellos, con características muy diferentes al resto. Relato corto pero contundente, Una idea ridícula de José Manuel Fernández Aguilera, nos lleva a una nave perdida en el espacio tras un combate  final.

            Historias fascinantes, sin duda, que nos sumergen en la esencia de la Ópera Espacial, o Space Opera, con ese sabor dulce de la mejor literatura de las primeras décadas del siglo pasado.

Calabazas en el trastero, Dark Spacial Opera, ha sido publicada por la Editorial Saco de Huesos en el año 2016

FRANCISCO JOSÉ SEGOVIA RAMOS -Granada-

SONRIENDO SOLITARIO


Educado entre los brazos de la belleza,
me zambullí
en la beligerancia de unos sueños
sorprendentes
y seducido
por la frivolidad de los días
continué mi camino
sonriendo solitario.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

viernes, 15 de septiembre de 2017

ASESINATOS EN LA CIUDAD MONUMENTAL


Las pequeñas callejuelas desembocaban en plazas donde se alzaban palacetes e iglesias. Se dejó llevar por estas calles buscando escapar del sofocante calor. De repente desde una casa alguien la agarró por el brazo. Quiso gritar pero una mano le tapó la boca.
Unas horas después a los pies de la estatua de San Pedro de Alcántara apareció el cuerpo de la chica. En su cuello y en el de la estatua un pañuelo azul.
Algunos turistas al ver el cuerpo se alejaron presurosos o no le prestaron atención pensando que era un borracho. A media mañana un cura al salir de la iglesia concatedral extrañado de la inmovilidad se acercó y vio que la chica estaba muerta. Llamó a la policía.
La víctima resultó ser una turista sueca que había llegado, a la ciudad, el día anterior. El cadáver presentaba síntomas de violación y al parecer había sido estrangulada. También presentaba varias heridas en la cara y en los brazos en forma de media luna. No había huellas en los pañuelos.
Los compañeros de viaje al recibir la noticia declararon que la última vez que la vieron fue a las once de la noche. Cuando todos se retiraron a descansar ella decidió dar un paseo por la ciudad monumental.
Preguntados los camareros de los restaurantes y bares de la ciudad monumental ninguno vio movimientos extraños ese día: turistas y algún que otro artista callejero. Lo de todos los días.
Nada en claro se sacó de los interrogatorios a los músicos. Todos presentaron coartada para aquella noche. Tendrían que verificarlas.
El alto calor no la dejaba dormir. Decidía dar una vuelta por el casco antiguo. La luna lucía hermosa. Cruzó el arco de Santa Ana. Dudó si ir a la derecha o a la izquierda. Fue hacia la derecha. Al doblar una esquina fue agarrada por el brazo y le cubrieron la cabeza con una capucha. No tuvo tiempo de gritar.
A la mañana siguiente un cadáver apareció en la plaza de San Jorge, con un pañuelo azul al cuello y otro sobre la estatua del santo.
Sin embargo al estudiar el cadáver en una de las manos encontraron una cuerda de guitarra.

JOSÉ LUIS RUBIO 

DESAFÍO...


Cada partida tuya presupone el desafío en mi vida, que me ayuda a descubrirme y a explorar más de mí; ver quién realmente soy y aunque no me gustan muchos los cambios, son retos que hacen que mi vida sea más interesante.
Muchas veces cuando te vas sin motivos, o por viajes de negocio, por lo que sea, me siento atrapada en el desafío de querer estar contigo, aún sabiendo a ciencia cierta lo malo o peligroso que puede ser, por tus cambios bruscos y pasiones desenfrenadas, que son tentadoras y me olvido de todo...
Espero que lo pienses te des cuenta quien soy, y lo que tienes a tu lado antes que sea demasiado tarde, ¡quién más que tú! que lo sabe perfectamente, que soy sólo tuya, me dejo querer las veces que quieres, no tienes porque buscar en otros brazos, en otra cama, lo que ya tienes conmigo.
Déjame decirte y recuérdalo siempre, todo lo que quieras, el tiempo que quieras soy para ti; quiero que me llenes con tus besos, tu pasión y gemidos, cada vez que me haces el amor, porque me das vida, cuando te marchas me quitas parte de mi vida; Ven, devórame ya a tu antojo, no escucharás de mi boca decir no, ¡que va!, solo quiero cautivar tus sentidos, me embelesa tu mirar apasionado, quiero saborear de tu sexo, disfrutemos sin reproches, acaríciame de la forma que tú sabes hacerlo, víveme, siénteme, siempre y cuando sea contigo, olvidándonos del resto, ¡te desafío!, y verás que reviviremos aquellos momentos divinos de nuevo; deleitarnos de tardes de paseo y música, noches infinitas de placeres, amor y lujuria.
Lo más bello y hermoso que aprendí de ti, es hacer el amor, ese es mi mejor desafío en mi vida, de hacer lo que antes no era capaz de hacer, y por ti estoy dispuesta a todo, porque te quiero en mi vida solo para mi, Te Reto..

Rosy Posy -Honduras-

SOY LA MEJOR VERSIÓN DE MÍ


Cuando en tus ojos percibo el amor.
Se me ahuyenta, de inmediato, el dolor.
Me vuelvo un ser que solo sabe amar.
Soy mujer que todo mal quiere olvidar.
Préndese en mí, inmensa gana de vivir.
Me habita tierna necesidad de convivir.
Todo tiene, de violetas, el perfume.
Rara gana de bailar mi corazón consume.
Drásticos pesares, olvido amor, contigo.
Felisísima soy, cuando estás conmigo.
Cuando de tu piel me brindas el calor.
El mundo que me duele, tiene otro sabor.
Las viejas penas huyen, se hacen nada.
Me brotan alegrías de mujer enamorada.
Los colores del jardín son más brillantes.
Todo ruido suena a rumor de amantes.
La pacífica y lúcida gana de ser buena.
Revolotea alegre en mi sien serena.
Transmuto en tímida y frágil mariposa
Que vuela suspirando en cada rosa.
Cuando con suavidad tú me abrazas.
Ardo con cálido calor de brasas.
La mirada, alegre se me queda.
La casa toda, es ternura de reseda.
Tanta felicidad me vuelve loca.
Toda caricia me parece poca.
Con tu gratificante presencia, amor mío.
Hoy ha huido de mi ser, el duro hastío.
Gracias al mágico recuerdo de ti.
Soy, ahorita, la mejor versión de mí.

Aura Violeta Aldana Saraccini

SINTIENDO EMOCIONES ME DESLIZÓ POR TU ESPALDA


Me deslizó por tu espalda
me quedo en tu cuello,
en la comisura de tu boca..,
siento el vértigo de tus besos.
Recorriendo mi cintura
se deshacen mis ganas
dejó caer suspiros enredados
en lágrimas.
Que dejan caer mis ojos
Por tenerte.
Por verte y besarte.

Santiaga Tauste

TU DIABLO


Me alimento de los inhumados...
...de las víctimas de mis pecados...
de los besos que me han rogado...
soy un ángel desterrado...
aún así... no te engaño
y tu solita te has entregado.

¡Soy un creyente tan falso!
como amante, despojado
de una razón para seguir amando,
¡ven!... y entrégame tus besos,
alimenta voluntaria el infierno
y olvida mi pasado,
hoy no quiero ser sincero,
hoy reclamo mi derecho
a ser el sueño que has soñado.

Y deja tus miedos a un lado
no creas en mis versos
porque escribo...
...tan mal, como amo.

Pensé que era mi destino
y fue tan solo mi legado
...no lo compartiré contigo...
no soy bueno...
...no soy malo,
te quiero... pero no puedo...
tampoco deseo, hacerte daño.

Exala mi boca un suspiro
busco refugio y abrigo
tu recuerdo se está fugando
mientras me penetra el frío
que me he ganado...
...por mis actos.

‎Luis Maria Saiz Laso

BUSCANDO LO REAL


En medio
por dos aberturas
sé que puedes introducirte
en ocasiones
buscando lo irreal
o uno de esos sueños que quieres comprobar
si son o no perfectos
si tienen conciencia de la realidad que algún día fueron
mi sensación de reconocer que andabas buscando
lo mismo que yo
me hizo pensar en ti como un cuento que podríamos escribir los dos
basado entre tu sueño y mi sueño
y luego
en acto mágico
convertirlo en realidad
y cual ramas de un árbol
dejarlo dirigirse hacia el cielo

Gonzalo Suarez

VIERNES


La imagen puede contener: una persona, texto

EN ESE AMANECER


"En ese amanecer,
que al cuerpo vence,
rayo candente,
de luz que madura.
Fueron pieles y esculturas,
recortes de líneas puras,
dorados trazos de dibujo,
en blancas sábanas de papel.
Tornáronse dulce miel,
cálido brebaje,
desayuno de su querer,
siendo el lecho, su único traje.
Acariciáronse con el tiento,
de un sueño que se aleja,
deshaciendo hilo y madeja,
que su abrazo supo tejer.
Entregándose el sonreír,
de unos ojos que aun despiertan,
de una manos que se respetan,
de unos labios, con sabor a café.
Amargo sabor,
que sus bocas endulzaron,
rayos de sol dorados,
beso pintura, del amanecer.
Y fue tierno el proceder,
compás del Astro y su alza,
claridad de un sol que emergía,
rozar, de aire que entrelaza.
Dejáronse llevar,
en diáfano desliz,
álgido sentir,
que el corazón levanta.
Fueron un mirarse de silencio,
un besarse, que el día reclama,
un asomarse a la mañana,
de almas, que juntas durmieron.
Tiempo de justa medida,
alba, de desvelado sueño,
amarillos, que el cielo dibuja,
figuras, remoloneando en el lecho."

Del libro Poemas de la noche de Emilio Juan Gilabert Fernandez 

RIQUEZAS



Soneto Esmeralda

Riqueza es un talento florecido,
que trae un cantar fresco y colorido.

Riqueza es una historia palpitante
plasmada con tintura de alegría,
con flamas de amor, paz y armonía,
historia de esperanza relumbrante.

Riqueza es pintar de alma un nuevo día,
beber de una sedosa melodía.

Riqueza es sembrar amor y ternura,
tocar la luz de un viento silencioso,
trazar caricias de ámbar y dulzura.

Riqueza es ser sonido luminoso,
crear huellas miel y de hermosura,
vivir un sueño grácil y glorioso.

Joel Fariñez -Venezuela-

ES A TI


Cuando cierro los ojos
creo sentirte cerca
pero estás tan lejos,
y aun así, me besas.

Me besas si hablas
si estás en mis venas
corriendo en mi sangre
y si hablo tiemblas.

¡Amas!... ¡amas tanto!
besas y te alejas,
adornas mi canto
¡apaciguas mis penas!

¿Cómo no anhelarte?
¿cómo?... ¡si tú besas!
besas, musitando
y amando te alejas.

Dejas miel en mis labios
y perfume en mis quimeras
me dejas soñando
cada vez que te acercas

Y es a ti a quien amo
y es para ti, mi espera
aquí te espero soñando,
aquí te deseo
a mi vera

Jaky C. Valdez -México-

SI YA NO ESTÁS CONMIGO


¿Si ya no estás conmigo que importan para mí todos tus escritos?... que cuando eras mi amor escribías con todo tu cariño... ¡ya no me interesan!... que se les lleve el viento al fin y al cabo no somos nada aquí acaba lo nuestro... ayer, ayer te vi con tu amante muy feliz del brazo... lo cual quiere decir que soy para ti en estos momentos, tan solo un cero a la izquierda... tú me restas valor pues andas con ella de la mano, como presumiendo juguete nuevo en el pueblo... solo que te voy a decir que el juguete nuevo eres tú... porque yo a ella la conozco, y es una mujer cortesana que está acostumbrada a jugar siempre con fuego... hoy eres tú, mañana otro nuevo vendrá y luego otro... y tú quedarás en el olvido para ella así como hoy me estás dejando... todas tus cartas de amor que se vayan con el viento muriendo, al fin y al cabo mi amor aquí se acaba lo nuestro... no hay remedio ya, así ante tus ojos llenos de amor por ella ya no por mí... considero...

Agustín H. Castañeda

BREBAJE DE LA VIDA


Entra, no te quedes sentado
en el umbral de la puerta,
es de noche y hace frío,
llevas muchos amaneceres
envuelto en lluvias, y borrascas,
te enfermarás si sigues esperando,
ven te quito el frío.
Brindemos por este encuentro
porque te dejaré entrar a mi vida
y quédate si quieres...
Bebé despacio este licor de los sueños,
saborea el deseo de la noche,
deleitemos los sentidos.
Con la copa del destino
tú y la más suave aroma
del brebaje de la vida.
Eres mi Caballero de la lejanía
siempre pedías esta noche,
entregarme tu corazón, tu cuerpo
tu hermosa alma de soñador.
Consume con deleite como manjar
del amor cada caricia, cada beso,
sincronía de la noche y el alba.
En el campanario no demora
el cantar de las campanas.
Y tú mi amado
dime si te quedas,
en mis sábanas o soy olvido.

Nelly Ramírez Yasno -Colombia-

EN EL BELLO PAISAJE...


En el bello paisaje de mi jardín de mariposas
Sembrada de flores
Vuelan las pajaritas de primavera
Al sol de las chirimoyas
Nos da la calidez de la amistad de la mañana
Sembrada de flores
Retoñan las arboledas de almendra
Al sol de las chirimoyas
Nos da la delicadeza de la alegría de la tarde
Sembrada de flores.

Manuel Ricardo Pizarro de los Santos

ANTORCHA


Festividad independentista
catorce de setiembre la Antorcha, es recibida
mil doscientos treinta kilómetros, dista
desde Guatemala a Costa Rica, según información obtenida.

Por las manos de estudiantes
esta tea es transportada,
por tierras de cinco países, educandos valientes
con mano derecha en alto, ha sido bien custodiada.

El civismo es elocuente
un fuego dignificante,
con pasos dados al frente
la patria tica está en mente.

La llama ondea hacia el cielo
el viento fiel compañero,
hacia Cartago hay desvelo
aunque caiga un aguacero.

El ulular de sirenas
vehicular caravana,
las calles se observan llenas
mi alma así se engalana.

Siento la frialdad nocturna
en un entorno brumoso,
cada colegio se turna
para ese acto hermoso.

El fuego andante arriba, a manos del Presidente
enciende ese pebetero,
para que esta combustión ardiente
la mire el país entero, al cantar Himno de primero.

El pueblo cartaginés con canto
al unísono da aplauso frenético,
importante vibra de encanto
canta patrióticas notas, para sentirse buen tico.
*
Quince de setiembre, conmemora
ciento noventa y seis años, ahora
por Tiquicia, sin demora
¡COSTA RICA! este poeta te adora.

José Rafael Orozco Torres -Costa Rica-