1.- Impresiones rápidas de las consecuencias de las vanguardias.
-No a la literatura burguesa del sentimiento personalista con sus atardeceres, sus recuerdos y sus penas.
-No a los encabalgamientos.
-No a los razonamientos.
-No a la sintaxis logicista y cartesiana.
-No al lenguaje convencional.
-No a las estrofas métricas (salvo cuando se introducen novedades sorprendentes).
-Sí a las combinaciones de palabras que suenen a nuevo, preferentemente a lo plástico como triunfo de la sinestesia: fusión de sentidos y de lo abstracto con lo concreto.
-Sí a la metáfora y la sinestesia como recursos para no decir nada que ya se haya dicho.
-Sí a dejar frases sin acabar o bien darles un tono vago, prefiriendo una distorsión sintáctica, un quiebro que rompa con el orden gramatical concreto.
-Sí al paisajismo que nos transporta a imaginar mundos nuevos, o sea: un toque onírico.
-Por oposición al verso encabalgado, el verso relativamente esticomítico, a modo de aforismo poético.
Juan R. Mena -San Fernando-
Publicado en la revista Arena y cal 250
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