lunes, 24 de julio de 2017

MIENTRAS ME CRECEN LAS ALAS


Mientras me crecen las alas para volar
y hasta las tantas altas montañas
poder ligero llegar y alegre cruzar,
mientras aprendo a nadar
en las frescas aguas
de las charcas que quedan luego
del torrencial aguacero,
para salvar los caudalosos ríos y lagunas,
mientras practico a andar y a orientar
entre las densas selvas y todos los obstáculos
que los dioses pusieron como marañas,
para probar cuán fuertes
y valientes son las ganas...
mientras los miedos que asustan espanto,
mientras de las duras ataduras,
de las condenas y de las cadenas me zafo,
mientras aprendo a rezar,
mientras acopio el ramo de rosas,
mientras tanto y lo quieran los dioses
y el amor sea de no aguantar más y tanto,
mientras de mi se acuerda el espíritu santo,
mientras... mientras, mientras tanto...
oirás mis llantos, lamentos y mis cantos
en los tristes trinos del humilde jilguero,
del búho el ulular sonido cual quebranto,
que viajarán con los vientos,
en las llenas y cargadas nubes,
o escritos en el santo y seña, de colores,
como convinimos, en el radiante arco iris,
y en los altos tonos, gritados o dichos,
como del rayo, en el estridente trueno,
como de la centella, con luz, luminosa y brillante,
para que hasta en la oscura noche los leyeras
y hasta en la espesura de la selva,
en la montaña o en la duna, si verlos quisieras.

Angel Ignacio Chacón Aquino

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