Estoy aquí con mi ligera
humedad,
nubes de impaciencia
cubren mi mente revuelta.
Mi indecisión por esta nueva vida.
Lograré llegar a la cima algún día
y ver desde ella
los caminos pedregosos del ayer.
Dos dedos cogen este suave poema de verano.
Muero en cada lágrima
que rebota de mi recuerdo,
pero no estás y tengo que quedarme
en esta soledad que no duerme.
Sandra Vizconde Z
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