jueves, 18 de mayo de 2017

PATÉTICO


En camino hacia la urbe,
observo la naturaleza agonizante,
entre monstruosos bloques de cemento,
carreteras, vías de tren, motores rugientes.

Ralos ramilletes de flores y precarios
árboles, manipulan moribundos, por
permanecer algo más, entre murallas de
contención y a la sombra de torres;
inmersas y desventuradas quedan sombras
de verde.

Patético

Sin más huella ni recuerdo, paisajes yermos,
otrora vibrante existencia y vegetación,
sustancia rugiente de vida sin pausa,
alimentando a todos los seres bajo su
sombra.

Patético

Voy al encuentro del aplaudido líder, a
beber de sus rimas y propuestas,
pero me encuentro con el vacío,
ha sido aplastado por el chauvinismo.

Unas pocas mujeres mayores, cansadas,
pero con esperanzas, pretenden portar el
estandarte, del humanismo agonizante.

Patético

Pero por las calles de la metrópoli,
trotan aguerridos grupos juveniles,
hermosas chicas y guapos muchachos,
montando raudos, bicicletas eléctricas.

Son los combatientes del criptoanarquismo,
munidos de tecnologías de comunicación y
descomunicación por la libertad individual;
es la colección del DarkNet, la Red Oscura.

Las redes codificadas ocultan al
individuo, las autoridades desfallecen
y los persiguen, las obsesionados de
estar informados, de quién es quién y
qué, ocultos en la sombra.

Patético

Una nueva especie humana se está
gestando; portan auriculares hundidos en
sus oídos, solo escuchan el ritmo ajetreado
de la urbe; con un lenguaje cifrado apartan
al viejo orden.

Como aquella mísera vegetación en
extinción, que enterradas en el concreto
emiten sus últimos suspiros, así las arcaicas
generaciones desaparecen por el foro,
quedan apenas las inmensas praderas de
concreto.

Las ideas centenarias, las guerras infinitas,
la destrucción y vuelta a erigir ejidos
inútiles, se irán confundiendo con los nuevos
protocolos; la juventud se rebela con un
lenguaje indescifrable.

Josef Carel
Publicado en Literarte 94

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