jueves, 18 de mayo de 2017

LLUEVE EN EL PARQUE...


Amanece hoy nublo y sencillo;
el parque en calma, gris y romántico.
Trina el mirlo un canto eufórico;
trepa la campanilla con su zarcillo.

Un álamo, alto como un castillo,
alza sus ramas con el propósito
de ver a sus pies el mundo fantástico,
visto, con vivos ojos de chiquillo.

Un abejorro, en día aciago,
agita las hondas de su reflejo
flotando sobre las aguas del lago;

…dos lirios se miran en tal espejo.
A su lado un gorrión hace el vago,
inmóvil, sobre el ciruelo viejo.

Chispea, la fina lluvia primera,
en las plumas de seda del petirrojo
que lucen ocres esta primavera.
Entre vaivenes de un viento flojo,
la poblada copa de la palmera,
extiende las palmas a su antojo;

…alborotan las cotorras sus cuitas;
y un caracol sigue su camino
ante dos tórtolas impertérritas;

…vuelan cuatro palomas al quinto pino
sobre una sábana de margaritas.
Una lombriz arrastra su destino.

Va la verde hiedra por roca dura,
que oculta la larga madriguera
de alguna rata de piel oscura:
¡Un verdor que la lluvia acelera!
y en su repiqueteo procura
acompasar la calma que impera.

Se empapan los setos, gota a gota,
y las cortas hierbas beben debajo
el agua que entre sus hojas rebota;

…torpe va un ágil escarabajo
pisando el barro que le agota
y lo moja de arriba abajo:

¡Lloran los eucaliptos hojas de menta!,
…y esparcen al aire su aroma
de fresca fragancia que alimenta;
 …un polluelo de garza se asoma
curioso donde su nido se asienta
y feliz, la paz del hogar retoma.

Paco Aguilar i Espada 

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