LA CIMA DE LOS DESEOS

Toda la vida he estado sufriendo
el humillante menosprecio de mis semejantes
que insistían en que yo era
demasiado tonto y grotesco,
inferior a todos ellos
y ahora que ya he escrito más de cuarenta libros
en poco más de cinco años
sin salirme jamás ni una pulgada de la verdad
ni concederme la licencia de un solo error
y aun así, sin resultar tedioso, me aseguran
que todos somos iguales
y que merezco tanto reconocimiento
como el último de los poetas del mundo
porque grande fue Benedetti y no puede serlo
nadie de los que vengan después
porque ha llegado la libertad a la cultura
y ya vale todo,
qué poco amor queda para mí
de todo el que reparten,
nunca he caído simpático,
ni siquiera en mi propia casa, donde se me ha tenido
por un pobre incapaz, a quien le sacaban provecho
pero sin hacerle honor alguno,
no está el mundo muy inclinado a otorgarme la dignidad
ni siquiera del hombre que cuenta y es apreciado
pero tú entiendes mi obra y le das su completo valor
y crees como yo en mi sueño
de importar a la humanidad,
tu cerebro es más que un portento
y no te dejo indiferente
como a las vacas jactanciosas que fingen
que me espantan con su rabo.

LUIS RAFAEL GARCÍA LORENTE -Orihuela-