PERO QUIÉN DE VOSOTROS CONOCÉIS A DIOS

Pero quién
de vosotros conocéis a Dios.

O a lo menos
quién de vosotros
si quiera lo ha visto o conversado con él.

Yo creo que
nadie
lo ha hecho.

Ni yo.

No,
sino y únicamente,
a través de la fe.

La diminuta semilla de mostaza.

A lo que yo llamo:
el soliloquio divino.

Pero no se preocupen,
que si ustedes
no lo conocen o ni siquiera
le han hablado o vístole,
no es porque no exista,
ni porque su semilla sea estéril.

Pues Él no se preocupa,
él los conoce, les habla y los ve.

Lo que pasa
es que Dios es muy simple,
ordinario en más de las veces.

No esperen
que sea como un neurótico muchacho
en plena pubertad.

No, él no es de aspavientos majaderos.

No crean
que él anda como un prepotente político
en restaurar que no lo atiende.

No, él no grita estúpidamente.

No imaginen
que es una madre abnegada
en casa donde nadie sabe que existe.

No, él no es alcahuete de nadie.

No piensen que es como un padre furioso
porque la hija salió con su domingo ocho.

No, él no es bestia furibunda.

Así que a Dios
no esperen verle, escucharle o hablarle,
mas bien que eso,
con fe
esperen a que él ya los conozca…

GILDARDO CARRIÓN