Las raíces vienen del árbol,
de un árbol oriundo histórico,
de un mundo de bosques y ríos
de Sol, de lluvia y de viento.
De una cultura que vive
en el mismo pecho latente,
la expresión que no ha muerto
fluye en la descendencia resistente.
La sangre oriunda navega en las venas
y la cultura en acción y pensamiento
de millones de hijos mestizos.
Aunque muy lejos se vayan, sentirán pena,
su pertenencia hará florecer su sentimiento
de añoranza por su tierra y su bosque nativo.
Armando Rebatta Parra
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