Siempre está presente
Se mete en lo que yo no le llamo
Anda por ahí
en todos lados
Con su narizota olisqueando
debajo de las faldas de un volcán
Con sus manotas tocando
las puertas del zaguán
Con sus patotas pisoteando
las flores y las rosas
Con sus ojotes siempre viendo
la vida ajena
en cosa de humanos
Con su bocota hablando
historias, personas y cosas,
que ya a nadie importa
Ahí anda el vejete molestando
al que se deje y al que se encuentre
No se cansa
Siempre activo
Viene y va
Jamás se queda quieto
Jamás lo ven pasar
Jamás se cansara
Más viejo que mi abuelo
Más que los cerros reverdecidos
Yo le digo
a viejo tan canijo
a jijo del mal nacido
pero lo digo de juego
los viejos son buenos
más aquellos a los que queremos y
nos han querido
Pero este jijo de la tiznada
no me deja en paz
día y noche anda de mí detrás
Esto se tiene que terminar
El otro día pasaba por el mercado
Ahí donde venden amuletos,
chácharas y demás objetos
Ese día un tipejo
con horma de charlatán y de embustero
me ofreció en venta
la solución a mi problema
yo inocente o más bien pendejo
ya ni sé que cosa fue
caí en su enredo
del que compra sortilegios,
chistes y objetos que no sirven
ni para limpiar la trusa vieja
Me ofreció en venta
la solución a mi problema
me dijo que lo viera
a cada hora
que lo llevara
conmigo
que no me preocupara
por cuidados
ya fuera que lo usara
bajo agua
entre la tierra o
en fuego o frío lo metiera
Pues ese aparatito aguantaba
hasta diez metros bajo el agua
Así lo hice
me lo puse en la muñeca
de la mano derecha
Ahí lo traigo
Lo veo a cada hora
casi como que si no lo hiciera
en ello la vida se me fuera
Cuidando que no falle
la pila
Porque para el automático
la paguita no me alcanzaba
Me costo unos centavos
los había muy caros
pero para hombres pobres como yo
que no tiene
más que para unos tragos
Es que desde entonces
el viejo problema
se ha quedado ahí encerrado
en un asilo
Ahí lo traigo
en un reloj de la marca casio
GILDARDO CARRIÓN
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