miércoles, 22 de febrero de 2017

LA PRESA


He escuchado ruidos en la azotea. Debe ser otra vez el gato negro que busca su presa. ¿La habrá encontrado? Ojalá porque así no merodearía más por mi tejado. Pero hoy el ruido es más fuerte, mucho más fuerte. No será solo un gato el que ronda esta noche. He estado tentado de subir pero he desistido. Dejaré que actúen. Si los vuelvo a escuchar, otro día, subiré.
Ha pasado una semana y los ruidos han aumentado. Esta noche subiré a la azotea. Quiero ver que hacen.
Me sorprendió lo que vi. Los gatos formaban un círculo alrededor del gato negro que gruñía con fuerza ordenando, mandando. A cada gruñido un gato abandonaba el círculo. Poco a poco se fueron todos y el gato negro se quedó solo.
Seguí en mi puesto de vigilancia porque quería saber que pasaría a continuación. Media hora después empezaron a regresar los gatos. Todos traían algo entre sus fauces que colocaron a los pies del gato negro. Le echó una ojeada y creí verlo sonreír.
Fue entonces cuando me descubrió y con un gesto de sus patas ordenó que me atacaran. Era la gran presa.

JOSÉ LUIS RUBIO

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