jueves, 23 de febrero de 2017

ACACIA


El segador descendió la rampa
con una acacia en las manos,
recorrió los miles de parques
que poblaban su ciudad.

Andaba a la caza de la hermosa dama
que mereciera su asombro.

Buscó y rebuscó entre farolas
balcones y mendigos.

Preguntó a voces y a veces
en silencio solemne y dicha.

Como no encontró a la dama
de sus sueños húmedos y
de los otros,
caminó el último sendero
pedregoso y agreste,

y lo deposito al pie de una lápida
en la que se podía leer
"La derrota os hará más fuertes".

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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