Me duele tanto decirte
que no pude olvidar
tus labios,
su calor y abrazo,
su talento y beso,
su belleza y sustento.
Y ahora que te fuiste,
brota en mi ser
el amargo llanto,
el sufrimiento sublime
y el desencanto
por no poder ya nunca
volver a besar
tus labios.
Mari Carmen Oui
Publicado en la revista Aldaba 31
No hay comentarios:
Publicar un comentario