martes, 6 de diciembre de 2016

VINICIUS POSTIGLIONE Y TESEO


Vinicius. Tú sobrepasas infinitamente
las medidas. ¡Lucido en sueños!
¡Soñando en las vigilias!

¿Dónde está lo real sino en la carne
que un tiempo ignaro mancillará algún día?.

Pero los Dioses como tú que
osan darnos refugio no perecen.

Y metamorfoseados vuelven
para ser la morada del deseo.

Así Vinicius Postiglione
como un nuevo Teseo nos salvas
de toda oscuridad y de lo informe.

Amo tu cuerpo todo,
tus exactas medidas,
pues eres templo y Dios,
y entre los dedos
de esos tus pies perfectos,
buscan mis labios ávidos,
el verbo que declina en Occidente,

Y en tu sexo de buitre y de paloma,
escancio los espacios y las horas
desta vida terrena.

Así busco esa perdida luna entre las
nacaradas uñas de tus dedos,
y me extravío en tu desnudo torso
donde navegan todas mis trirremes.

¡Ah, sin un día descansar pudiera
sobre tus muslos dorados y perfectos!.

Y tus manos de Dios en mi cabeza,
permitieran libar en la osadía
de la dulce ambrosía que solo tú posees
y que sello de eternidad lleva consigo
entre tus torneadas piernas.

¡Oh Dios tan joven y perfecto,
que sin mácula convives con las horas
de la tierra renovada en tu ojos donde
esplenden los soles de otras vidas
más altas y potentes!.

Vinicius Postiglione en el Olimpo
coronado de mirtos nos contempla.

Otro Olimpo dorado entre sus manos
como estrella de Oriente nos florece.

Del libro En carne viva de OSCAR PORTELA -Argentina-
Publicado en Editorial Alebrijes

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