Ella danza sobre el escenario para acercarse al borde y pareciera tan indefensa como decidida. Siente que los acordes van definiendo sus pasos, que le dan fuerza para llegar a comunicar con quien la observa. Su cuerpo en movimiento insinúa ríos, bosques, montañas. Sus brazos parecieran animales ocultándose entre los claroscuros. Sus piernas juegan a ser peces. Toda ella es naturaleza viva. Desde el fondo mismo del escenario suenan los tambores y su cuerpo se contorsiona, calla la percusión y ella se detiene. Su corazón sigue bailando, le sale con una voltereta por la boca y se pega en cada aplauso.
Creación colectiva surgida de una escritura inmediata
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