domingo, 4 de diciembre de 2016

DESLIZAR EL OCIO


El costado mínimo de la verdad
ensaya un giro.
De inmediato,
un almanaque de pared
logra esa misma angulación
y arrastra consigo
las cuatro paredes del cuarto.
Por efectos de la rotación,
los objetos dramatizan
perfiles de tedio en lo contiguo.
El crepúsculo, afuera, es bello igual,
sólo que ahora sus colores claman
desde otra ventana, la que daba al sur.
Noventa grados han bastado
para oponer el pecho
(o, si se prefiere, la espalda)
a la abundancia del planeta.
Noventa grados sobre el sí o el no
que también giran sin eje y sin retorno.

Del libro "Ese espacio que tiembla" de José Emilio Tallarico -Argentina-
Publicado en el blog elescribidor

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