Están ciegas
estas palabras. Tantean
en la noche los objetos
de mi cuarto.
Anoche
el filo de una página
sangró mi yema.
Ojalá
pensé
pudiera
-como esos delincuentes
avezados- borrar
a lija las huellas
de mis breves
laberintos.
Nadie ser
ni tan siquiera esta
lisiada.
María Belén Aguirre -Argentina-
Publicado en el blog elescribidor
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