No sólo quieren caudales.
No sólo les exprimen las vísceras
para sacar oro de sus entrañas.
También les encajan
un estilete en el ombligo -Al nacer-
una estampilla de azogue
con cuyo filo
les hipotecan el alma
Nadie ve nada
Nadie escucha nada
La muerte es una sombra millonaria.
Andrea Álvarez (Venezuela)
Publicado en Los puños de la paloma
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