Siento que creces sin verte,
revoltillo de la infancia;
sobre mis manos abiertas
te me escapas como el agua.
Cinco eternas primaveras
condensas en tu mirada,
cinco sonrisas de amor
tu presencia me regala.
Me despiertan a diario
cinco inmensas travesuras,
cinco veces buenos días,
cinco abrazos con ternura.
Algodón de miel y sueños,
amalgama de deseos,
cinco minutos sin ti
me parecen algo eterno.
Del libro Arrullos de
ELADIO MÉNDEZ -Badajoz-
Publicado en Luz Cultural
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