lunes, 24 de octubre de 2016

EL JUEGO DE LA MEMORIA


1

Entre pinos y mariscos
cantaba el árbol del mango,
en versos que le dan rango
de pilastras y obeliscos.

¿Varó su cuerpo en los riscos
de alguna costa perdida
o aquella carne fue roída
por un pez entre las olas?

Sufrió las lunas a solas
y eso selló su partida.

2

Ironía vil de un destino
que enfrenta sin paz el hombre:
hondo sumerge su nombre
en el denso remolino.

Y un mundo que es masculino
desde la palabra al hecho
apenas propone un lecho
en el agua a los suicidas

sin sexo ni salvavidas
que estrujar contra su pecho.

3

Acometió un poema épico
donde encarnara la América
mística, and hemisférica,
sobre aquel The bridge acético.

Viajaba desde lo estético
hacia amores hibernados:
Voyages bien trasvasados
en secuencias de este tiempo.

The mango tree que a destiempo
lanzó a los acantilados.

ALBERTO EDEL MORALES -Cuba-
Publicado en Gaceta Virtual 117

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