domingo, 25 de septiembre de 2016

EL LAMENTO


El lamento se mantuvo por un segundo
en la triste mirada de aquel soldado,
pero sólo duró un pequeño instante,
continuaba la batalla sin fin.
Seguían avanzando y galopando,
y el triste soldado seguía esa melancólica marcha,
hacia un horizonte con fronteras,
aisladas por la cruda realidad y la fraudulenta estafa de la libertad.
El soldado continuaba la guerra,
con muchas muertes y sufrimiento,
cargaba su fusil y una pesada conciencia,
hacia el fin inacabado de la desidia del poder.
Mas seguían los disparos,
y las ánimas seguían con su ensordecedor lamento,
el sonido de un tiro marcó el final,
de una muerte anunciada por los tambores de guerra.
Aquel soldado cayó sin piedad,
luces y sombras de un luto sin aviso,
muerte de un chico valiente,
que pereció por sus ideales y su amado país.

Esther Videgain

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