viernes, 26 de agosto de 2016

ME HUBIERA GUSTADO


Me hubiera gustado
haber tenido como progenitor un hombre
similar al que tuvo por padre la poeta Claribel Alegría
un ángel guardián epítome de dulzura y comprensión
haber vivido siempre bajo el custodio de su mirada azul
un padre, un hombre que encarnase la generosidad misma
que nunca me gritara ni me reprochara lo que como o lo que cuesto
me hubiera gustado haber sido como Claribel Alegría
haber sido criada por un hombre y amada más tarde por otro
igual de bueno, igual de solidario compañero de mis pasos
pero no…

A mí me tocó
lo escogí-según dice la teoría de la reencarnación
un hombre todavía doliente vomitante de dolor y de amargura
quien impuso sobre mí como yerro el nombre de una amasia
a mí no me hizo Clara, ni Clarisa, ni menos Alegría, si acaso me hizo
dolorida, huidiza, doliente pero precisa
en saber que su odio me alcanzaría
y mi primer victimado él mismo sería
Me hubiera gustado haber tenido desde los primeros pasos junto a mí un hombre bueno
claro, simple de pensar, fuerte en el querer y aun más tierno en abrazar
pero no…

En cambio supe que lamentó el día en que nací
maestro en el arte del insulto y de como adquirir
maestranza en el uso de la ironía como daga
pretendió hacer de mí su lazarillo en la vejez
que le siguiera el resto de mi vida sus pasos
en pago a los cuidados
y las comidas de la niñez
yo solo hubiera deseado
que me quisiera
que nunca me insultara
pero no…

Guarde distancia pero negar que le seguí el paso
esperando el milagro de verle cambiar, pero no…
y como en los salmos del antiguo testamento
clamé a Dios que volcara sobre de él su propia red
me hubiera gustado ser como la poeta Alegría pero no…
después de mil terapias avance tres pasos
ahora puedo decir que yo cambié, él no.
adiós padre cruel
adiós al vómito
al estertor de tu dolor,
¡Adiós!

Del libro Mujeres del mismo mar de Edith Lozano-Pozos -Skokie, Illinois (EE.UU)-
Publicado en la revista Arena y cal 239

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