jueves, 25 de agosto de 2016

LATIR ACOMPASADO


La soledad vigila tras la puerta,
no sea decrépita esta vejez inexorable.
Me coge de la mano, me roba horas de sueño,
me enseña la mesa, el ordenador, me incita,
mostrando la primera frase de una hoja en blanco.
Cercada por la noche y su silencio,
me llaman las palabras desapoderadamente
sin poderme  esconder entre la pereza,
la dehiscencia de mis frutos me sonríe
para poder dejar constancia de mi paso.
Sin… que estéril e incierta, rompa o caiga,
llevándome a  dormir o al fracaso.
Como una orquesta melancólica
rasga las cuerdas de un violín arcano,
llevando por el aire ondas sonoras
tomando al volar el relevo hasta los astros.
Vuelan inciertos mis versos, siempre lejos
recorriendo mi mente de alba a ocaso.
Girando continuamente luminosos
evitando me detenga la noche o el cansancio.
Me hago preguntas que nadie responde,
sólo mi impaciencia, oye los latidos
del corazón inquieto que se acelera,
como si esta fuese su última noche...
yo, sigo escribiendo hora tras hora
al ritmo de la melodía que está tocando.

Mayte Andrade -Benicarló-

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