viernes, 26 de agosto de 2016

MI MANAGUA


Por la calle caminando,
Vehículos transitando,
Una vendedora gritando,
Un niño llorando.
El bullicio de Managua,
El vendedor que vende agua,
El vende melcocha o cajeta,
Paradas de buses siempre atiborradas,
La Paceña “a cinco la cosa de horno”,
Con bastón caminando el anciano,
Casetas de vende chiverías por doquier
Se ha borrado la Managua de ayer.
Managua sin invierno se ha inundado,
De tanto empleo informalizado,
El taxista como loco corre para llevar
A quien llegará a su empleo retrasado.
El busero la bocina sonando,
Por el lugar en la autopista peleando,
El motorizado contra muerte corriendo,
Zigzagueando y al tráfico esquivando.
El travesti que de pronto irrumpió en la pista,
Esta Managua mi ciudad capital,
Que vende elotes de maíz, agua helada
Refrescos, vigorón y hasta enchiladas.
Managua del niño mendigo o trabajador,
Managua que descansa a veces o en ocasión,
Managua que escucha en el bus al gritón predicador,
Al improvisado payaso o al trovador.
Ciudad Capital de la Chica Vaca
De las fiestas de Minguito y toda su alharaca,
De Lisímaco y todas su mujeradas,
Con la chicha de las siete quebradas.
Ciudad del pintoresco Chico Pelón,
En la radial con su palo lucio y gran fiestón,
Es así mi pintoresca ciudad,
Parrandera y alocada en verdad.
Si ayer Haltermeyer escribió de su historia,
Hoy se hace el relato de la triste tragedia,
La brillante o mediocre comedia,
Del capitalino que a la pobreza asedia.

OJOS ORUS

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