jueves, 31 de diciembre de 2015

PAZ, CONCIENCIA, TRANQUILIDAD Y MEDIO AMBIENTE


Cuando la conciencia del ser se halla en un estado que reposa en las tranquilas aguas mansas como de un oasis perfecto para abrigar la Paz interna es porque el individuo su conciencia nadó en el mar del perdón y logró desvanecer las dudas que agobiaba en interior de su conciencia que padecía por una pena que lo mantenía en constante desequilibrio emocional haciéndolo irracional ante algunas circunstancias cotidiana de su vida donde sus actos eran marcados por la ira y el desespero, llegando a actos que se salían fuera de tonos.
Pero cuando llegó el momento de tomar la decisión del arrepentimiento ya sea por si solo o por una confesión ante un ministro religioso o un profesional, como psicólogo o psiquiatra su alma llega a un estado de reposo que el olvido aflora en su ser conduciéndolo por un camino abonado por la tranquilidad superando el trauma que en el subconsciente se hallaba acabando con su tranquilidad y no dejándolo en la santa Paz, al tomar la decisión suenan campanas en nuestro interior de felicidad y dejamos para siempre ese mal y nos hacemos hacedor de Paz, y la dicha llega por montones y un deseo de tranquilidad se apodera de ella que nuestro interior queda limpio y nos sentimos que volvemos a nacer y una tranquilidad que hace de nuestros corazones un oasis de dicha, amor y felicidad consigo mismo y nacer otro ser, un ser maravilloso donde abundan un sosiego generalizado que circula por nuestro cuerpo y nuestros pensamientos se envuelven y llenan de un comportamiento que todos a su alrededor lo notamos y su actuar lo hace un ser maravilloso.
La tranquilidad la da precisamente esa Paz que llega e invade todo su ser y deja a un lado su pena, eso cuando es un criminal o un individuos que ha hecho mucho mal y su conciencia se halla atribulada, el arrepentimiento total es un mar de tranquilidad.
Por ejemplo: en Cartagena existe una historia que dicen que es leyenda llamada la lápida del pirata pero que la lápida se halla dentro de la iglesia como vestigio de los hechos, que voy a referir, una vez existió en el caribe un pirata sanguinario llamado Jean-David Nau el Olonés, mejor conocido como François l'Olonais, fue un terrible y feroz pirata del siglo XVII, natural de Les Sables-d'Olonne (costa Atlántica de Francia). Dejó fama de haber sido uno de los piratas más crueles y de gran valor y seguridad en sí mismo, lo que le sirvió para tener un gran dominio sobre su gente que le obedecía fieramente. Se dice que obtuvo infinidad de tesoros.
El Olonés llegó a las Antillas alistado en el ejército francés, cumpliendo el servicio militar. Una vez terminado, prefirió quedarse en Santo Domingo en compañía de los aventureros que allí habitaban. Se fue haciendo al estilo de vida de aquellas gentes de las que aprendió mucho para sus futuras hazañas. Pronto empezó a piratear en aguas del Caribe.
Seguía siempre con sus prisioneros la misma táctica terrorífica: los interrogaba, los torturaba, elegía alguno que sirviera de ejemplo a los demás al que o bien cortaba su cuerpo en pedazos o bien le rasgaba el pecho sacándole el corazón que a veces masticaba y escupía a la cara de los demás. Fue un personaje temido y odiado a causa de sus hábitos crueles, lo traigo a colación ya que un esbirro o soldado de los piratas peleaban al lado de ellos se lo tumbó o robó en un botín un botín y él se enteró amenazándole diciendo que lo perseguiría por tierra y mar y donde se lo entrara se comería el corazón el hígado, el esbirro cuando le contaron de la amenaza se fugó tomando un barco que estaba a la deriva y zarpó del lugar, este esbirro era un sanguinario, audaz y muy peligroso que los demás esbirro le temían, y por cosas del destino naufragó y llego a las playas de Cartagena moribundo y un fraile o monje del convento de Santo Domingo que caminaba por el sitio se tropezó con el personaje y se acercó para mirarlo y éste le dijo no creo en Dios, soy pirata que vivan los piratas del Caribe, y me estoy muriendo deseo me pongas los santos óleos para morir en santa Paz, también le dijo quitarme las botas y de ella salieron dos sacos pequeños llenos uno de pepitas de Oros y el otro de Diamantes.
El sacerdote lo llevó hasta el convento y desde entonces apareció en la Iglesia de Santo Domingo una lápida que tiene dos huesos en forma de X y encima una Calavera, este hombre se arrepintió y murió en santa Paz.
El perdón existe y cuando llega se toma el alma del ser que lo padece y lo ilumina con un Paz absoluta que invade su corazón y todo su ser, haciéndolo un hombre nuevo.
La Paz es un medio donde el espíritu se inunda de tranquilidad para siempre haciendo de los individuos unos seres maravillosos, logremos la Paz rescatando y salvando a nuestros planetas de aquellos que le han hecho mal consciente e inconsciente de pronto buscando un mejor vivir y sus errores lograron destruir la capa de ozono, el recalentamiento, la contaminación y toda una serie de inventos que estaban destruyendo al mundo que tenemos y donde subsistimos por la gracia de Dios que nos creó, salgamos y albergamos en nuestras conciencias la Paz, luchando y dando ideas para un mejor planeta, adelante amigos que un ambiente mejor nos espera y gozaremos con nuestros familiares y amigo en santa Paz .

Gaston Tarra Gallego 

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