lunes, 29 de junio de 2015

INDIGNAOS (16 Mayo 2011)


(Deseo que este antiguo poema sirva para apoyar incondicionalmente al pueblo griego)

“Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es algo precioso. 
Cuando algo nos indigna nos volvemos militantes, fuertes y comprometidos.”
(Stéphane Hessel)

Ya sabéis de sobra que el lodazal
deja su cáscara cuando seca,
sometiendo a vuestros cuerpos jóvenes
a una rugosidad impuesta por prepotencia.
No dejéis vuestra indolencia con nómina
en todos sus emporios y tramas legales
y os tilden de honrados esclavos
para que su bien social arrecie
sobre los mausoleos de la protesta.
Pisotead la espora de su abnegación
que degüella el sacro salario
y destripa el derecho del singular
que pinta almenas violetas
habitando el ala de un principio.
Espolead las calles aletargadas,
sumidas a la hipnosis del “prime time”,
y desgañitaos en verter lo esencial
con la cordura de la sencillez
y la necesaria cólera del hartazgo.
No dejéis más al tiempo en sus manos
porque su grasa anquilosa emociones
para muestra fósil de la historia
que embellecidos y correctos caballeros
disecarán sobre libros de texto
sin fisura que cobije hijos.
Es hora del plante a la palabra
que, mansamente, dora la peana
donde mora la alimaña insaciable
del credo de los descréditos,
del vacío de la complacencia.
No os detengáis a vuestras espaldas,
es la rabieta del coro monocorde,
el crujido miserable de un billete,
seguid sin infringir el gesto
porque sólo atrás chirría silencio
de una amalgama de sepulturas.
Indignaos, indignaos,
que su miedo deje de arrastraros
por el surco insondable de la indiferencia.

MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO -Madrid-

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