domingo, 31 de mayo de 2015

MUJERES


Hay la mujer clara,
la madre y la compañera
que de todos los colores es portadora
haga su vida de otros
o se contenga en la espera.

Y está la blanca,
que de su destino hizo un santuario
involucrando creencias, razones y religiones.

Las hay azules,
que visten sus noches de nostalgias
e infinitos dolores,
y la mañana no les cambia los matices,
sólo les baja o sube el volumen.

Las hay rojas de pasiones.
Ardientes, voraces y amantes
sólo como ellas solas. Intrépidas. Audaces.

Hay mujeres violetas.
Espirituales en su esencia.
La vida tiene sus sentidos y sus razones,
en sus pupilas equilibradas y quietas.

Y las hay de color rosa,
vestidas de quimeras,
enamoradas y soñadoras.
De romanticismo siempre van vestidas.

Está también la mujer oscura,
la que el mundo vigila y pone juicio
sobre ella. Y no es necesario que la sigas
porque todos ya saben cuál es su vereda.

Existe una de un color indefinido,
la que hace del sacrificio su emblema.
Mujer esforzada, que lleva la madrugada
tatuada en sus pestañas y le duele el abrigo...

También he de contar, por qué no,
a la mujer que de todos los colores
tiene algo...La ingenua.
La que fácilmente cree lo que le cuentan
y se involucra en todo viento de doctrina
ideología o pensamiento; y si arrecia fuerte
el viento irá por aquel camino o bien por este otro.

Como sea.
Mujeres todas.
Mujeres somos.
Valientes y fuertes somos.
Todas en una?...
Tantas en una sola.
Tantas como colores tiene la vida.
No importa que nos clasifiquemos.
Nuestro camino hemos de seguir.
Las batallas habremos de librar.
Las victorias hemos de conseguir.

Maritza Álvarez -Valparaíso (Chile)-
Publicado en la revista Arena y cal 215



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