martes, 28 de abril de 2015

LA NANA


La mecía entre sus brazos
porque el niño no callaba
y para calmar su llanto
esta nana le cantaba.
"No llores, niño, no llores,
porque tu llanto me mata;
cada suspiro, mi niño,
es un dardo que me clavas.
El niño llora que llora
y de llorar no paraba,
hasta que roto de pena
el niño se puso en calma.

José Calderón Carmona (Sevilla)
Publicado en la revista Aldaba 25

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