sábado, 28 de febrero de 2015

YO, COMO EL MAR


Aprendí a bordar sueños.

Tuve la noche entre mis dedos,
la luna en lo profundo de mis aguas.
Tuve la luz en la palma de mis manos,
protegida por un cielo que anhelaba.
Creí en el ecuador de cada ocaso,
por cierta sobriedad envilecida.
La vida me trajo malos vientos, malos tiempos,
haciendo estrellar  olas, costa a costa,
llenas de espuma y aire a la deriva.
Las rocas rompieron mi delirio,
entre quejidos salobres, acantilado y playa.
Con un dolor rudo en las batallas,
pasé por  tempestades y  tormentas.
Sin la presencia de la brisa allá en lo hondo,
donde se hacen los silencios soledades.
¡Dios, dame un faro y otra vida!
¡Hoy, quiero ser marinero y... cabalgar
sobre mi barco, la cresta de un mundo nuevo!

Mayte Andrade -Benicarló - Castellón-

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